Las detenciones de inmigrantes sin papeles aumentan un 37% en EEUU con Trump

En los cien primeros días de la actual presidencia, el Gobierno norteamericano ha detenido a 41.318 personas por residir en EEUU de forma ilegal

El Diario, Iñigo Sáenz de Ugarte , 18-05-2017

Donald Trump no ha conseguido que el Congreso de EEUU presupueste miles de millones de dólares para construir el muro fronterizo ni, mucho menos, que el Gobierno de México aporte dinero para la obra. De lo que sí puede alardear es de haber aumentado el número de extranjeros sin papeles detenidos para ser expulsados del país.

El departamento de inmigración (ICE, en sus siglas en inglés) ha anunciado que desde que Trump llegó a la Casa Blanca se ha detenido a 41.318 personas por estar en EEUU de forma ilegal, lo que supone un incremento del 37,6% con respecto al mismo periodo de 2016 (cuando fueron 30.028). El aumento hace que el número diario de detenidos sea de unos 400.

Las cifras corresponden al periodo que va del 22 de enero al 29 de abril, es decir a los cien primeros días de mandato del presidente.

En un comunicado, el ICE presume de que que casi el 75% de los detenidos “son delincuentes condenados por delitos que van desde homicidio y asalto violento hasta abusos sexuales y acusaciones relacionadas con drogas”. El comunicado no especifica el porcentaje de personas que corresponden a esos delitos.

Otros datos revelan el incremento aún mayor de las detenciones entre extranjeros que no han cometido ningún delito grave, o ningún delito o falta más allá de su estancia en el país sin papeles. En el periodo mencionado, las detenciones de inmigrantes sobre los que no había ninguna acusación penal han pasado “de unas 4.200 en 2016 a más de 10.800 en 2017”.

El secretario de Seguridad Interior, John Kelly, ha confirmado que la nueva política de Trump, aunque tiene como prioridad detener a extranjeros con antecedentes penales o policiales, no hace excepciones con ningún colectivo. El hecho de no contar con papeles es suficiente para ser detenido e internado para su posterior expulsión, previo visto bueno de un juez de inmigración.

Entre 2009 y principios de 2015, el Gobierno de Obama deportó a 2,5 millones de extranjeros sin papeles, lo que suponía la cifra más alta alcanzada con cualquier presidente de EEUU.

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