REFUGIADOS

Precariedad y nefastas condiciones de vida en el campo de refugiados de Ellinikó

El Mundo, SILVIA ÁLVAREZ MARTÍNEZ Atenas, 28-04-2017

Casi coincidiendo con un reciente informe de los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo que pone de manifiesto la masificación de algunos de los centros para inmigrantes y la falta de instalaciones apropiadas para acoger a los menores no acompañados y que permanecen en condiciones inadecuadas en diversos puntos críticos de Italia y las islas griegas, Amnistía Internacional ha denunciado las duras condiciones que llevan soportando los refugiados en el campamento de Ellinikó, a pocos kilómetros del centro Atenas.Según un informe realizado por la organización humanitaria, más de 1.200 refugiados viven en condiciones inaceptables en los tres campamentos que constituyen este campo de refugiados. Sus residentes, la mayoría de ellos afganos que llegaron a Europa huyendo de los talibanes, llevan viviendo más de un año en unas condiciones de vida precarias en la abandonada terminal de llegadas del antiguo aeropuerto de Atenas y las adyacentes y antiguas instalaciones olímpicas de béisbol y hockey.
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Donde no hace demasiado tiempo muchos espectadores se apiñaban para ver y animar a los atletas, hoy viven numerosas familias en condiciones lamentables sin saber que será de ellos ni qué les deparará el futuro. Muchos de ellos llevan viviendo aquí durante más de un año sin algunas de las necesidades básicas cubiertas como el acceso a cuidados médicos, agua caliente o alimentos adecuados. La falta de higiene, el limitado número de baños y duchas, una privacidad limitada, o la presencia de ratas y cucarachas son algunas de las situaciones que día a día han de soportar ancianos, mujeres embarazadas, madres solteras y niños que residen en improvisadas viviendas en el interior de los pasillos de los edificios o en tiendas de campaña en el exterior. “Todos pierden la cordura en Ellinikó”Las organizaciones humanitarias que trabajan con los refugiados en los tres campamentos destacan que los problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión o los intentos de suicidio son de lo más alarmante. “Todos pierden la cordura en Ellinikó”, declaró una mujer a Amnistía Internacional el pasado mes de marzo.Sin embargo, lo más preocupante es la seguridad en los campamentos. Constantes peleas y ausencia policial ponen en especial peligro a mujeres y niñas. Muchas mujeres han declarado que viven con el temor de ser atacadas en baños y duchas. Algunas de ellas no quieren salir de sus tiendas ni para hacer sus necesidades básicas para evitar el hostigamiento y la posibilidad de sufrir cualquier tipo de agresión sexual. “Nuestras hijas no pueden caminar tranquilas sin que hombres solteros las acosen”. Sin policía en la zona ni la existencia de un control respecto a quién entra en los campamentos, dormir en tiendas en ausencia de personal de seguridad hace que la vida sea insegura para las mujeres y niñas que viven con un miedo constante.

Un niño refugiado recibe unas galletas tras llegar desde la isla de Lesbos al puerto de El Pireo, cerca de Atenas. EFE
En el informe Amnistía Internacional insta al ministro griego de inmigración Yiannis Mouzalas a tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad y la salud de todas las personas que viven allí, prestando especial atención a mujeres y niñas. Solicita el cierre del campamento así como que se traslade a las personas a centros de alojamiento alternativos para que dispongan de una vivienda adecuada, vigilando que ninguno de los afectados se quede sin techo ni sufra ningún tipo de violación de sus derechos humanos.Posible cierreSegún la organización no gubernamental lo más recomendable sería que las estructuras para realojar a estos refugiados estuviesen situadas en la capital griega o en zonas de fácil acceso a la ciudad para que los residentes de los campamentos de Ellinikó continuasen recibiendo el apoyo de las redes que han ido estableciendo durante su estancia allí, incluyendo el tratamiento médico y apoyo psicológico.El campo de refugiados de Ellinikó se estableció en otoño de 2015, en un período en el que miles de inmigrantes llegaron a las costas griegas, como una solución provisional para evitar que los refugiados quedasen varados en distintas plazas y parques de Atenas. A pesar de que durante el último año las autoridades helenas han declarado reiteradamente su intención de cerrar los tres campamentos, los refugiados afirman que no se les ha dado ninguna información al respecto ni se les ha comunicado ninguna fecha para un próximo cierre. Las autoridades tampoco les han informado sobre alojamientos alternativas. Algunas de las mujeres del campo se están viendo afectadas psicológicamente por la creciente incertidumbre, temiendo una evacuación inmediata y desarrollando una mayor ansiedad según pasan los días. “He escuchado que nos sacarán de aquí, pero no sé qué sucederá” declaró una de las residentes a Amnistía Internacional.Después del acuerdo firmado en marzo de 2016 entre la Unión Europea y Turquía para devolver a todos los inmigrantes que llegasen ilegalmente a las costas griegas, muchos de los refugiados de Ellinikó tienen miedo a ser obligados a volver a Afganistán, actualmente considerado como un país sin conflicto.

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