Orban defiende su polémica ley de universidades y ve «una distinta vara de medir» con Hungría

El primer ministro húngaro niega que la reforma universitaria suponga el cierre de la Universidad Centroeuropea patrocinada por el magnate George Soros, y acusa a Bruselas de legislar sin diálogo y «unilateralmente»

ABC, , 27-04-2017

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha vuelto a defender este miércoles en el Parlamento Europeo su idea de la soberanía nacional frente a Bruselas el mismo día en que la Comisión Europea ha decidido abrir un expediente a su ejecutivo por los nuevos cambios legislatuvos que podrían obligar al cierre de la Universidad Centroeuropea.

Orbán se ha dirigido a una Eurocámara a la contra ante la que ha defendido no solo su ley de universidades, sino también su consulta pública «Stop Brussels», con la que pide apoyo popular para violar la legislación europea especialmente en el capítulo de acogida de refugiados: «Vengo a explicarles la situación directamente para que se puedan hacer una opinión formada», ha comenzado diciendo el primer ministro húngaro, que también ha pedido que desde Bruselas se ponga fin a una «distinta vara de medir» con su país, sobre el que ha asegurado que «existen muchos prejuicios».

Orbán ha explicado que lo único que pretende la legislación húngara es que las universidades con financiación extranjera tengan las mismas obligaciones y derechos que las húngaras. En esta línea, ha insistido en que la dirección de la propia Universidad Centroeuropea de Budapest ha explicado a los estudiantes y profesores que en ningún caso se llegará al cierre: «¿Cómo nos pueden acusar de asesinato si la víctima sigue viva?», ha aseverado.

Orbán ha criticado al magnate de origen húngaro George Soros, quien está detrás de esa institución académica, y de quien dijo «es un poderoso al que todos acogen calurosamente a pesar de ser enemigo declarado del euro».

Hungría tendrá ahora un mes para dar explicaciones que convenzan al Ejecutivo comunitario, que considera que se podría estar en peligro de estigmatizar a la sociedad civil, en palabras del vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans.

«Stop Brussels»
Sobre la consulta «Stop Brussels», Orbán ha defendido que desde hace años consultan a la ciudadanía y que, con respecto a la UE, el país «no está muy satisfecho con el funcionamiento y quiere corregir y reformar», que es la mejor manera, ha señalado, «de recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones europeas».

Desde la Comisión Europea, sin embargo, han calificado de «incorrectas» y «altamente engañosas» algunas de las referencias que contiene la consulta, sobre la que publicaron «aclaraciones» al respecto.

Como en sus anteriores visitas a la Eurocámara, Orbán ha echado en cara que Bruselas quiera legislar sin dialogar y «unilateralmente», sin tener en cuenta que en su país impera el sentimiento de que la Unión Europea no puede restar soberanía nacional a los Estados miembros.

Como ejemplo de medidas que Hungría no está dispuesta a acatar desde Bruselas está la reubicación de refugiados, compromiso acordado por los Veintisiete que Orbán está incumpliendo para «preocupación» de la CE, ha reconocido el propio Timmermans: «No queremos reubicación de inmigrantes. Nos reservamos el derecho a decidir a quién acogemos y a quién no», ha añadido.

Críticas de la mayoría de portavoces
En el debate, la mayoría de líderes parlamentarios han coincidido en criticar a Orbán por sus políticas, incluido el líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, que dijo no entender qué problema hay en que la universidad de Soros otorgue tanto títulos estadounidenses como húngaros.

En la misma línea, el presidente del grupo socialdemócrata, Gianni Pittella, ha manifestado que elprimer ministro húngaro «miente» cuando dice que la Eurocámara está más pendiente de ayudar al grupo financiero de Soros por encima de a los estudiantes en Hungría: «¿Hasta dónde piensa usted llegar? No vale aceptar los fondos europeos pero no sus valores», le ha espetado el líder liberal Guy Verhofstadt, quien le ha animado a preguntarse si quiere pasar a la historia «como el hombre que sacó a Hungría del comunismo o el que hundió su democracia».

Tras el debate, en una rueda de prensa, Orbán ha vuelto a demostrar por qué es el «enfant terrible» de los líderes europeos y confirmado que felicitó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras el último referéndum para aumentar sus poderes: «Es una cuestión de prioridades. La calidad de la democracia es importante, pero más la estabilidad política en el país. Si no es estable Turquía, Europa será un infierno», ha señalado.

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