Los Mossos han detenido a tres matrimonios que utilizaban a sus hijos, de entre 7 y 14 años, para cometer delitos y mantener económicamente a la familia. Los menores, que ya están bajo la tutela de la Direcció General d’Atenció a la Infància, llegaron a participar en 600 hechos delictivos en Barcelona. Aunque desde hace tiempo se sabía que familias de origen rumano utilizaban a sus hijos para cometer robos, nada se había hecho. Como en muchas otras ocasiones, las administraciones argumentaban la dificultad de vincular los robos perpetrados por los menores con el beneficio que de ello extraían sus padres. La policía catalana ha dado un vuelco a esta tesis. Los Mossos se han servido del artículo 28 del Código Penal, que dice textualmente que «son autores [de un delito] los que realizan el hecho por sí mismos, conjuntamente o mediante otro» y, también, «los que induzcan directamente a otro u otros a ejecutarlo». Con esta base legal y la demostración policial de que los padres no trabajaban, se aprovechaban de las ganancias de los menores y conocían la actividad de éstos, los Mossos han construido la denuncia y han podido detener a tres matrimonios, además de sacar a los niños de la calle e intentar darles una vida que sus padres les han negado.La actuación de los Mossos y de la Fiscalía demuestra que, cuando se tiene verdadera voluntad, existen menos vacíos legales de los que se dice.