ELECCIONES FRANCESAS

Le Pen - Mélenchon, el escenario más endiablado para la segunda vuelta

La hipótesis, improbable pero no imposible, podría llevar a una disyuntiva sin precedentes en la que los franceses deberán elegir entre dos candidatos con más en común de lo que parece

La Vanguardia, , 21-04-2017

La hipótesis, improbable pero no imposible, de que la ultraderechista Marine Le Pen o el radical de izquierdas Jean-Luc Mélenchon sean los vencedores de la primera vuelta de las elecciones francesas podría llevar a una disyuntiva sin precedentes. Ambos candidatos son vistos con temor por el resto del espectro político, que tendría que verse en la dramática situación de tomar partido entre uno u otro o dejar en manos de sus votantes esa decisión.

A pocos días de la primera ronda de votación este domingo, todas las encuestas del mes pasado dan como favoritos al independiente Emmanuel Macron y a Marine Le Pen, del Frente National. De darse este escenario, los sondeos vaticinan una victoria fácil de Macron en la segunda vuelta del 7 de mayo. Sin embargo, la ventaja de los dos favoritos ha ido disminuyendo en las últimas dos semanas en favor del conservador François Fillon y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que están ahora a una distancia sorprendentemente corta y podrían dar la sorpresa.

A pocos días de la primera ronda de votación, todas las encuestas dan como favoritos al independiente Emmanuel Macron y a Marine Le Pen, del National Front
Un posible enfrentamiento entre los dos populistas de la extrema izquierda y la extrema derecha, después del voto Brexit en el Reino Unido y la elección de Donald Trump en Estados Unidos, es un escenario que preocupa a la UE y una pesadilla para los franceses que votarán a otras opciones, que se verían obligados a elegir entre lo que ven como lo malo y lo peor. Aunque Mélenchon, a diferencia de Le Pen, no ha dicho que sacará a Francia de la Unión Europea, sigue mostrándose muy crítico con las instituciones europeas y ha dicho que quiere renegociar los tratados y reformar el bloque.

En su programa, Mélenchon explica lo que llama Plan A como “una salida conjunta de los tratados europeos al abandonar las normas existentes para todos los países que lo deseen y la negociación de otras reglas”. Si este plan falla, hay una opción B, que sería “la salida unilateral de los tratados europeos por parte de Francia para proponer otras formas de cooperación”.

A sus 65 años, se trata de la segunda carrera presidencial del candidato de más edad entre los principales contendientes. Mélenchon cuenta con un apoyo de fieles votantes por su firme posición contra la globalización y el militarismo occidental. Era miembro del Partido Socialista y ministro del gobierno antes de abandonar la formación sobre lo que consideraba políticas pro-empresariales.

Luc Melenchon durante un discurso en Marsella
Luc Melenchon durante un discurso en Marsella (Claude Paris / AP)
En su programa de campaña, Mélenchon dice que pondrá en marcha un paquete de estímulo de 100.000 millones de euros para ayudar a combatir la pobreza, mejorar los servicios públicos y proteger el medio ambiente. Prevé un gasto adicional del Gobierno de 173.000 millones de euros que, según él, generarán 190.000 millones de euros de ingresos adicionales, impulsarán el crecimiento en más de 2 puntos porcentuales a partir de 2018 y crearán más de 3 millones de empleos.

Mélenchon despierta el miedo en los corazones de muchos votantes ricos que recuerdan los años ochenta, cuando Mitterrand llegó al poder con el apoyo comunista y prometió nacionalizar los bancos. Los tanques soviéticos nunca llegaron a París, pero algunos de los más ricos de Francia huyeron. El multimillonario Bernard Arnault se trasladó a los Estados Unidos, así como Nathaniel de Rothschild. Otros se mudaron a Suiza.

Mélenchon quiere limitar la remuneración de los ejecutivos a 20 veces la del empleado con los salarios más bajos, prohibir que las empresas paguen dividendos si han despedido a trabajadores por razones económicas, imponer controles de capital para combatir el fraude fiscal y ampliar la base existente de los que pagan el impuesto sobre la riqueza.

Mélenchon quiere limitar la remuneración de los ejecutivos a 20 veces la del empleado con los salarios más bajos
El político de izquierdas considera que cualquier persona que gana más de 4.000 euros al mes como “rico”, y quiere imponer un impuesto del 90% sobre cualquier persona que gane más de 400.000 euros al año. También propone hacer libres de impuestos las herencias por debajo de los 130.000 euros por cada hijo, en comparación con los 100.000 euros de ahora, pero subir los impuestos para mayores cantidades.

Los planes de Mélenchon para el papel de Francia en Europa siguen siendo inciertos. Su objetivo es cambiar el estatus del Banco Central Europeo para que preste directamente a los países miembros. Quiere renegociar los tratados de la UE y eliminar los límites presupuestarios y fiscales del bloque, algo que Alemania y otros países miembros no estarían dispuestos a aceptar, habiendo vetado incluso la menor flexibilización de las normas.

Mélenchon también quiere dar marcha atrás en el impulso del bloque para la liberalización de los mercados públicos, incluyendo servicios públicos, telecomunicaciones, energía y transporte. El candidato ha prometido nacionalizar las empresas de autopistas, los proveedores de energía Electricité de France y Engie SA, pero no nacionalizar bancos, como Mitterrand.

Marine Le Pen en un discurso en Lyon
Marine Le Pen en un discurso en Lyon (Michel Euler / AP)
La candidata ultraderechista a las presidenciales francesas, Marine Le Pen, es mucho más extrema en su escepticismo a la UE que Mélenchon. Propone restablecer el franco porque está convencida de que “el euro va a morir” y dice que para evitar el caos que se podría generar por una desaparición abrupta, hay que hacerlo “con concertación”.

Una de las promesas estrella de la ultraderechista es negociar la salida del euro, al que acusa de una pérdida de competitividad de Francia, algo que los expertos coinciden en que tendría como consecuencia una devaluación de la nueva divisa, que podría alcanzar entre el 30 y el 40%.

La presidenta del Frente Nacional también quiere dejar de aplicar “inmediatamente” la libre circulación dentro del espacio Schengen y restablecer controles sistemáticos en las fronteras francesas. Le Pen pretende establecer “una moratoria de unas semanas” a la concesión de visados porque pretende controlar la inmigración, que “es un peso que se ha hecho insoportable (para Francia) desde el punto de vista económico, social”.

Le Pen quiere limitar las entradas netas anuales de inmigrantes a 10.000
Le Pen quiere limitar las entradas netas anuales de inmigrantes a 10.000 porque a su juicio no tiene sentido “dejar entrar a cientos de miles de personas cuando hay siete millones de parados” en el país.

Le Pen quiere expulsar a todos los extranjeros fichados por radicalismo y a los condenados por cualquier delito, retirar la nacionalidad a los binacionales sospechosos de terrorismo, e impedir la adquisición de la nacionalidad francesa por extranjeros nacidos en Francia cuando sean delincuentes reincidentes.

Ambos candidatos han tratado de suavizar su imagen durante la campaña. Melénchon ha cambiado ‘La Internacional’ por ‘La Marsellesa’ para cerrar sus mítines y Le Pen ha tratado de deshacerse de la imagen reaccionaria de su partido para apostar por un populismo más amable. A pesar de eso ambos coinciden en sus ataques a la política tradicional y al establishment, por lo que hay vasos comunicantes de votantes que tanto podrían decantarse por uno como por el otro. Sin embargo, en el hipotético caso de pasar a la segunda vuelta, el resto de los votantes franceses –muy probablemente más del 50% del electorado- se verán en la difícil situación de tener que elegir entre dos candidatos en las antípodas de su ideología. ¿Nos acercamos al fin de la Quinta República?

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