«No han querido sumarse a la inserción, en la que se han puesto muchas ganas»

Dos excavadoras derribaron ayer las chabolas que desde hace cerca de una década ocupan una decena de rumanos en Durango

El Correo, MANUELA DÍAZ, 20-04-2017

Venían de una ocupación de un edificio en Berriz y durante cerca de una década han estado morando en un campamento ‘ilegal’ en Durango, a escasos 300 metros de las viviendas de Aramotz. Pero una orden judicial obligó ayer por la mañana a una decena de rumanos que todavía permanecían en el asentamiento a abandonar las ocho chabolas construidas «sin licencia» y ante la supervisión de la Ertzaintza y la Policía Municipal. «Están cabreados y es normal porque esta noche tendrán que dormir en la calle», comentaban los vecinos que amanecían satisfechos al ver las excabadoras demoliendo el chabolismo que llevaban años denuncinado ante el Ayuntamiento.

Pasadas las 7.30 horas los agentes municipales y la Ertzaintza entraban en el asentamientos para notificarles la resolución del juzgado. El abandono se produjo sin resistencia y de manera pacífica. «No sabemos dónde se irán ahora, hablan de ocupar alguna fábrica cercana, va a ser un problema, pero ya no los tenemos delante de nuestras casas», señalaron algunos vecinos.

Durante más de un año los asistentes sociales y representante del Gobierno vasco, Diputación, Mancomunidad y Ayuntamiento han mantenido numerosas reuniones con las personas del asentamiento para tratar de buscar una solución a esta problemática. «Se les ofreció como alternativa el acceso a las ayudas que las instituciones otorgan a las personas sin recursos, aunque para ello deben regularizar su situación y abandonar su vida en un campamento ilegal. Sin embargo, en todo momento, han dejado claro que no tienen intención de cambiar su forma de vida nómada», explicó la socialista Pilar Ríos. Según la responsable del área de Acción Social se trata de un «proceso de inserción en el que se han puesto muchas ganas, pero al que no han querido sumarse».

“Peleas y broncas”

En febrero se intentó desalojar la ocupación, pero al no haber consentimiento de todos los ocupantes de las chabolas, el Ayuntamiento se vio obligado a denunciar en el Juzgado de lo contencioso – administrativo la «ilegalidad» que suponía la existencia un campamento de esas características. Según informaron entonces, el Ayuntamiento lleva meses solicitándoles que abandonen la zona, tras las «reiteradas quejas» de vecinos y no veían otra salida que la vía judicial después de haber «agotado» todas las negociaciones posibles. La autorización de entrada se notificó el 11 de abril y ayer expedía el plazo para ejecutar la demolición.

Desde que en otoño de 2008, fecha en la que los vecinos estiman que se levantó la primera chabola, han ido cambiando las personas que dormían en su interior. No ha sido un camino de rosas para los vecinos. «Al principio tomaban la luz de los focos de la carretera, luego consiguieron generadores y el agua lo llevaban a diario en garrafas desde una fuente cercana, se buscan la vida pescando ropa de los contenedores y en varias ocasiones hemos tenido que llamar a los municipales por las peleas y broncas que organizaban», admitían los vecinos.

La existencia de menores, que en alguna ocasión han denunciado, obligó al Ayuntamiento a intervenir con celeridad y a realojarlos en viviendas junto a sus madres. Hace poco más de un mes, una treintena de vecinos de Aramotz dejaron al descubierto el asentamiento rumano en uno de los auzolanak que han permitido el adecentamiento del barrio.

Itinerario “blando”

Las obras no se limitarán al derribo de ocho chabolas que a lo largo de los años se han ido construyendo en la zona. Junto a la retirada, transporte y gestión de los residuos generados en el asentamiento, se procederá al desbroce y limpieza de la parcela. Una tarea que se verá mitigada después de que hace poco más de un mes los vecinos de Aramotz realizaran un auzolanak para liberar de zarzales y matorrales la zona. También se construirá un itinerario peatonal «blando», una especie de bidegorri que transcurrirá bordeando el río desde San Roque a Aramotz, pasando por Fumbarri y la zona del asentamiento. El pavimento del recorrido será granular, lo que favorece un paseo «amable». Asimismo, se habilitarán varios accesos y se plantarán varios árboles de la misma especie existente en los alrededores. El proyecto de revitalización de la zona ha sido diseñado por la empresa paisajística Lasuma Paisajistak y costará 48.842,97 euros, más IVA. Su plazo de ejecución no sobrepasará los tres meses.

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