El centroderecha de Borisov vuelve a ganar las elecciones en Bulgaria

Su partido se verá obligado a pactar con otras dos formaciones para gobernar

El País, M. A. S. V. / AGENCIAS, 27-03-2017

Los conservadores del ex primer ministro Boyko Borisov han ganado las elecciones legislativas celebradas este domingo en Bulgaria con el 33,4% de los votos, según los sondeos a pie de urna. En segundo lugar, con el 28,2%, quedó el opositor Partido Socialista de Bulgaria (PBS, excomunistas) liderado por Kornelia Ninova, que se apresuró a reconocer la derrota aunque mostró su disposición a intentar formar gobierno si el GERB, la formación de Borisov, fracasa en el empeño.

En una campaña dominada por la retórica populista y, en su último tramo, por presiones directas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sobre la minoría turca de Bulgaria (el 10% de la población; la mayor minoría étnica de los Balcanes), los socialistas pretendían revalidar la victoria electoral cosechada en noviembre en las presidenciales por su candidato, el exmilitar prorruso Rumen Radev, que precipitó la dimisión de Borisov y la convocatoria anticipada de comicios. Pese a que los sondeos de intención de voto pronosticaban un empate, el GERB de Borisov se ha llevado el gato al agua, como en las tres convocatorias anteriores (2009, 2013 y 2014).

Si el escrutinio oficial confirma el resultado de los sondeos, la alianza ultranacionalista Patriotas Unidos será la tercera fuerza política, con cerca del 9% de los sufragios, seguida por el Movimiento de Derechos y Libertades (DPS), el partido de la minoría turca, que obtuvo entre el 7,3 y el 9,5%.

Por la mínima, el 4,6% de los votos —el umbral de voto necesario para acceder al Parlamento es el 4%—, podría lograr también representación el nuevo partido Volya (Voluntad, populista), fundado por el polémico empresario Veselin Mareshki, un tiburón de la industria petrolera y farmacéutica.

La formación de Gobierno se antoja dificultosa a la vista del margen de apoyos. Durante la campaña, tanto el GERB como los socialistas han rechazado formar una gran coalición. “El GERB está obligado a formar un Gobierno y haremos todos los esfuerzos para lograrlo”, prometió esta noche Borisov, un antiguo bombero, karateca y guardaespaldas y, a la vista de sus consecutivas victorias, todo un superviviente de la política (superó indemne la oleada de protestas populares que hizo caer a su Gobierno en 2013, por la subida del precio de la luz y las medidas de austeridad). Pero Borisov necesitará el apoyo de al menos dos formaciones en el Parlamento para gobernar. Valeri Simeonov, uno de los líderes de Patriotas Unidos, mostró la disposición a pactar con el GERB siempre y cuando el programa del nuevo Ejecutivo incluya “una subida de los ingresos” de los más desfavorecidos, “una lucha más eficaz contra la inmigración ilegal y la oposición a la amenaza de Turquía”.

Turquía acaparó el protagonismo en el último tramo de la campaña. El Gobierno de Ankara intentó influir en el voto de la minoría turca y de los ciudadanos turco – búlgaros residentes en Turquía que tienen derecho a voto en el país balcánico. El Gobierno interino acusó a Ankara de intentar movilizar votos para Dost, un partido de base étnica turca recientemente creado que Sofía considera un caballo de Troya de los intereses turcos en el país. Seis ciudadanos turcos fueron expulsados hace 10 días, mientras esta semana los ultranacionalistas de Patriotas Unidos bloqueaban varios pasos fronterizos con gran parafernalia nacionalista para impedir la entrada de varios autobuses con votantes desde Turquía.

El jueves, el presidente Erdogan entró en liza directamente instando a las autoridades de los Balcanes a cesar en sus presiones “sobre los turcos y los musulmanes” de la región. Erdogan tuvo palabras muy concretas para las autoridades de Bulgaria, “que ejercen una gran presión sobre nuestros hermanos turcos”, los miembros de la minoría étnica. En los últimos días, Erdogan también ha exasperado a las autoridades de Bosnia, al pretender ampliar la purga sobre la red del clérigo Fetulá Gülen, a quien acusa del intento de golpe de Estado del pasado julio, hasta allí.

 

 

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