Tribuna abierta

De drama, humor y escándalos

Diario de noticias de Gipuzkoa, Por José Luis Úriz Iglesias, 20-03-2017

vivimos en un mundo raro en el que además los acontecimientos suceden a máxima velocidad y resulta difícil reflexionar sobre un tema concreto cuando en una sola semana existen tantos sobre los que merece la pena hacerlo con un mínimo de rigurosidad. En buena lógica, el primero debe ser el Día Internacional de la Mujer. Resulta al menos curioso que ese día venga marcado por una tragedia, la muerte de 140 mujeres, la mayoría emigrantes, en un incendio en la fábrica en la que trabajaban en Nueva York en condiciones lamentables. Quizá los siglos de sufrimiento y de injusticia no podían representarse de otra manera que con una tragedia. Quizá con los años, puede ser que décadas, si se avanza hacia la igualdad entre géneros, deberá ser revisada la fecha, pero…

En este 2017 se va a celebrar con la desidia de un gobierno, el de Mariano Rajoy, que habla mucho y hace poco en este terreno. La mujer avanza en sus derechos, pero lentamente, producto fundamentalmente de su lucha, pero falta un gran pacto de Estado que de una vez por todas elimine barreras, techos de cristal, discriminaciones e injusticias; un gran pacto de Estado que afronte el reto de acabar con el maltrato, el asesinato de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, que investigue a fondo en qué estamos fallando para que en apenas dos meses haya habido 21 asesinadas y centenares, miles, de maltratadas. La pasada semana se cerró de nuevo con tres mujeres agredidas por tres machos incapaces de asumir que ya no son de su propiedad, que la mujer al igual que el hombre es libre para elegir con quién quiere vivir y lo que es aún más importante, cómo quiere vivir. ¿Cómo evitar esto? Difícil pregunta, compleja respuesta, aunque parece evidente que algo falla. Quizá que nos estemos equivocando en el diagnóstico y por tanto en el tratamiento. Lo dejo ahí. Quizá gentes como los del autobús famoso, algunos obispos, una parte de la Iglesia durante siglos y ahora tengan algo que ver algo con la extensión de esta plaga.

Creo firmemente que esa Iglesia debe seguir los pasos iniciados por el Papa Francisco para ir eliminando las muestras que aún le quedan de homofobia, de xenofobia y de trato injusto a la mujer, curiosamente mientras una parte de ella ampara y oculta casos de pederastia. Revisar estos comportamientos en la senda marcada por este gran Papa podría ayudar en esta difícil lucha.

¿Qué responsabilidad tenemos en esta epidemia? ¿Por qué poca gente, incluso desde la izquierda, alza su voz para denunciarlo? ¿Y el papel de los medios de comunicación? Demasiadas preguntas mientras, en estos instantes, al escribir estas líneas, otra mujer está a punto de morir asesinada a manos de un despreciable. Me avergüenzo de los de mi sexo, no solo de los asesinos, también de los que callan de manera cobarde, de quienes cuentan chistes machistas o hacen comentarios del mismo tenor, de los que echan piropos a quienes no los desean, aquellos que utilizan sus puestos de poder para acosar sexualmente, los babosos que miran de manera impresentable, a quienes aún les quedan toneladas de machismo aunque luego de manera hipócrita vayan a las concentraciones de protesta y alardeen de no serlo. Ojalá esa mujer, como el resto que ahora están en peligro, se salve… Pero eso probablemente solo será posible si todas y todos remamos en la misma dirección después de una poderosa autocrítica.

Tanto silencio ante el drama y, sin embargo, tanto escándalo ante el humor. Sí, el segundo asunto que suscita mi reflexión tiene que ver con el revuelo levantado por el programa de ETB Euskalduna naiz, eta zu?, en el que a través de entrevistas a personajes famosos de por aquí se hacían comentarios para unos peyorativos, para otros insultantes, o desafortunados, pero para mí simplemente bromas, algunas de dudoso buen gusto, eso sí, sobre los de allí, sobre los españoles.

Quizás lo más importante sería analizar si dicho programa era de calidad o no, si como parecía intentar logró o no la sonrisa o la carcajada de quienes lo vieron y, lo que resulta aún más importante, si estos lo entendieron. Por los comentarios escuchados y leídos parece ser que no. Quizás desde ahí debieran venir las críticas.

Partiendo de la base de que soy español (lo soy por casualidad por haber nacido en Madrid, aunque como mis hermanos lo podría haber hecho en Navarra, o en Oslo, Singapur o Trípoli), la realidad es que este hecho no me pone absolutamente nada y al leer lo que sobre los ciudadanos de ese país se dijo en el citado programa la verdad es que no me siento ofendido en absoluto. Utilizando el mismo sentido de humor que quienes diseñaron el guion, por lo que veo me considero mucho menos “facha”, “choni”, “paleto” o “carca” que la inmensa mayoría de los vascos y vascas que conozco. Por eso constato que a mí lo dicho en ese programa no me afecta. Pero aunque me afectara (síntoma evidente de las dudas que esa realidad me podría crear), si se tiene en cuenta que dichas afirmaciones se hicieron en el marco de un programa de humor, lo más que podrían sacarme sería una sonrisa.

Esa es una de las claves, el sentido del humor, que junto a otro sentido, el común, está sufriendo un profundo deterioro en este mundo raro que nos toca sufrir. Para tenerlo desarrollado la primera premisa exigible es saber reírse de uno mismo.

Ahora la Brunete mediática, PP, UPN, C’s, montan en cólera utilizando de nuevo este argumento para demonizar todo lo que venga de por aquí arriba. Por cierto, menos mal que fue un programa de ETB, porque si llega a ser de TV3… el escándalo hubiese alcanzado dimensiones planetarias.

Incluso dando un triple salto mortal de lo manipulable, pretenden judicializar el asunto, se supone que para aprovechar el humo provocado para tapar las andanzas judiciales de Rato, Blesa y compañía.

La cuestión quizá fuese un ejercicio terapéutico de ponerse en el lugar “del otro”, o sea intentar saber cómo se reaccionaria justo al revés. Un programa de 13TV con Inda, Marhuenda y compañía diciendo lo mismo de Euskadi y los vascos. En fin…

Cabe preguntarse si alguno de los que se han escandalizado es de Cádiz. Lo dudo. De serlo, hará mucho tiempo que no pisa esa preciosa ciudad y, desde luego, por el camino habrá perdido una parte importante de su carácter, ya que en las chirigotas de su recién acabado Carnaval se acaban de reír de todo, comenzando por ellos mismos.

Como se puede ver, vivimos en un mundo raro en el que un artículo se puede quedar sin espacio para hablar de las nuevas locuras de Trump y sus graves insultos a Obama acusándole sin pruebas;para analizar lo poco que nos queda para el choque de trenes con Catalunya; o intentar comprender el nuevo CIS, en el que se dispara la preocupación de los ciudadanos por la corrupción, mientras siguen dispuestos a votar a los partidos manchados por la misma. ¡Ahhh! Y para hablar de los refugiados, mal llamados así porque nos negamos a darles refugio.Afiliado al PSC residente en Nafarroa

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