No hay ninguna certeza sobre la identidad de los atacantes de una barca que navegaba cerca de la costa yemení más occidental. El último balance habla de 42 muertos, entre hombres, mujeres y niños, y 35 heridos, además de unos 80 viajeros que resultaron ilesos y que fueron trasladados a la prisión central del puerto de Hodeida, el más cercano a los hechos. La matanza fue provocada por un helicóptero y un buque militar, según el testimonio de un traficante que participaba en la travesía y sobrevivió al ataque, aunque algunas fuentes aseguran que las víctimas, de origen somalí, fueron alcanzadas por armas ligeras.

El país situado en el sur de la península arábiga sufre una guerra civil desde hace dos años y, a pesar de que la zona está bajo control de los rebeldes hutíes, la coalición internacional, liderada por Estados Unidos y Arabia Saudí, es la única que posee aparatos como el implicado en los hechos y domina el espacio aéreo.

El buque había partido de la provincia de Adén (sur de Yemen) con inmigrantes somalíes que permanecían en el campamento de refugiados de Jarez, en la provincia meridional de Lahech, y parecía dirigir su rumbo hacia Sudán. El asalto se produjo a unos 55 kilómetros de Hodeida, la única salida al mar que permanece en mano de los insurrectos chiíes, apoyados por Irán y el expresidente Abdalá Saleh. La contienda se ha cobrado ya 10.000 muertos y ambas facciones se suelen achacar acciones contra civiles. Hospitales y escuelas han sido blanco habitual de las operaciones militares.

Los residentes somalíes han sido el tercer actor involuntario en este escenario bélico. El Mar Rojo se ha convertido en la vía habitual de huida en patera para decenas de miles de ciudadanos de la antigua colonia italiana que intentan llegar a la península arábiga. Se calcula que medio millón vive en Yemen y casi la mitad están registrados como refugiados. La guerra ha dado lugar a un flujo en sentido contrario que intenta llegar a las costas de Puntlandia, Yibuti o alcanzar Sudán. La situación es crítica ante la falta de medios en los campos y la amenaza de una hambruna de grandes dimensiones en su tierra de origen.