Un columnista de Breitbart News paga su justificación de la pedofilia

Milo Yiannopoulos sufre por primera vez las consecuencias de sus salidas de tono, en esta ocasión por estar orgulloso de haber sido víctima de abuso sexual siendo menor

El Diario, Jesús Travieso , 22-02-2017

El entorno de Donald Trump no suele fallar a su cita con la polémica. Uno de los más asiduos a meterse en líos es el ultraderechista Milo Yiannopoulos, conocido por varios escándalos y al que le ha salido caro haber presumido de ser víctima de pedofilia e incluso haber justificado estos comportamientos de adultos sobre menores.

Yiannopoulos es uno de los columnistas más conocidos de Breitbart News, el medio ultraconservador especializado en fake news que cofundó el ahora consejero principal del presidente de EEUU, Stephen Bannon. Es conocido por su homofobia (a pesar de ser gay), su islamofobia, su misoginia y su racismo. También ha propuesto una solución al acoso a mujeres en redes sociales: que no se conecten a ellas.
El artículo de Milo sobre el acoso en redes

El artículo de Milo sobre el acoso en redes

Su penúltima polémica fue hace unas semanas, cuando sufrió el boicot de una conferencia que iba a ofrecer en la Universidad de Berkeley. La cancelación del acto no sentó nada bien a Trump, que amenazó a la universidad con retirarle los fondos públicos por lo ocurrido.

Su aparente defensa de la pedofilia ha terminado con él. Fue durante una entrevista en una radio local de EEUU en la que admitió haber sido víctima de abusos cuando tenía 14 años. El agresor fue un sacerdote de su colegio.

Pero él no condenó lo que le pasó, e incluso lo justificó, al señalar que las relaciones entre niños y adultos “pueden ser positivas”. Además, llegó a decir que el “depredador” era él, y que siempre deseaba estar en contacto con adultos. En la misma charla, aseguró que lo que él hacía es lo mismo que las niñas de 15 años y que es normal que gente de más edad esté interesado en ellas.

Las reacciones a estas palabras fueron inmediatas. La organización de la Conservative Political Action Conference, un evento de tres días en el que ofrecen sus puntos de vista líderes conservadores de todo EEUU, le retiró la invitación a dar un discurso.

A este acto al que ahora no podrá acudir Milo asistirán el presidente Trump y el vicepresidente, Mike Pence.

A esta ola se sumaron sus compañeros en Breitbart, que según Washingtonian exigieron su despido bajo la amenaza de dimitir si él no se marchaba. En la noche del martes, Milo tomó la decisión de abandonar su puesto en la redacción de Breitbart. Ni siquiera el medio más reaccionario del universo mediático que propulsó a Trump estaba dispuesto a defenderle.

El columnista de Breitbart se defendió en Facebook (primero lo hizo en un vídeo, que después borró) tras enterarse de que no era bienvenido en los actos: negó que defendiese la pedofilia y puntualizó que se refería a que tuvo relaciones con un adulto de 29 cuando él tenía 17. “La edad de consentimiento en Reino Unido es 16”, destacó. Horas después, volvió a matizarse a sí mismo y aseguró que es “gay y víctima de abusos”.

Pero la reacción económicamente más dañina para Milo fue que la editorial que iba a publicar su libro de memorias, Dangerous, anunció que desistía de sacarlas a la venta. El propio Milo, como le gusta ser conocido, lo confirmó en su Facebook y afirmó que esto no le derrotará: “He pasado por situaciones peores”.

Su libro llegó a estar en el número 1 de best-sellersde Amazon antes de salir a la venta. La reacción en este caso ha sido dejar de lado sus numerosos posts en las redes sociales y optar por convocar una rueda de prensa.

Milo se hizo conocido en todo el mundo por su papel en el Gamergate, aquella campaña misógina contra las jugadoras y programadoras de videojuegos que fue aprovechada por medios como Breitbart News para cargar contra todo lo que no fuese masculino y blanco. También fue uno de los impulsores de la campaña racista contra la actriz de Cazafantasmas Leslie Jones, lo que le costó la suspensión de su cuenta de Twitter. Cuando le preguntaron si se iba a disculpar, su respuesta fue clara: “¿Por qué iba a hacerlo?”.

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