El 62% de los españoles no está de acuerdo con que los inmigrantes quiten puestos de trabajo a los nacionales, pero el 59% cree que al aceptar sueldos más bajos hacen descender los salarios, según una encuesta elaborada por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía. Otro de los resultados del estudio, que aún está en fase de elaboración, destaca que el 65% de los encuestados «valora positivamente la existencia de personas de origen racial, religión y cultura diferentes», y a dos de cada tres «le parece inaceptable que se excluya a una alumna de un colegio por llevar el velo islámico». Por su parte, según otro informe publicado ayer en el Estado francés, uno de cada tres franceses confiesa que es racista y el 63% estima que ciertos comportamientos pueden justificar una reacción xenófoba. La Comisión Nacional de Consulta sobre los Derechos Humanos (CNCDH), revela además «una radicalización de las opiniones hostiles a los extranjeros».

También hay consenso acerca de la concesión de derechos sociales y de ciudadanía a los inmigrantes instalados de forma regular en el Estado español: un 85% está a favor de que traigan a su familia; un 91% que cobren el subsidio del paro, un 80% que voten en las municipales y un 86% que puedan obtener la nacionalidad española. Además, cerca de dos de cada tres encuestados se muestran a favor de que las personas que pronuncien este tipo de insultos en público sean sancionados por la justicia en todos los casos.