La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona miden mucho las palabras cuando en la ecuación también entra el Gobierno central. En estos casos (Rodalies, Sagrera, corredor Mediterráneo, conexión ferroviaria al aeropuerto…) suele suceder que las administraciones catalanas trazan un frente común contra el Ejecutivo radicado en Madrid. No es distinto en materia de acogida de refugiados. El teniente de alcalde Jaume Asens ha echado este lunes la culpa de todo a Madrid, que es quien tiene las competencias sobre demandantes de protección internacional. Por parte del Govern, Oriol Amorós, secretario de Igualtat, Migracions i Ciutadania, se limita a reclamar menos piedras en el camino.

El Ejecutivo catalán presentó a finales de enero el Programa Català de Refugi, un plan orientado a “atender las necesidades básicas de los asilados y favorecer la autonomía social y laboral y la plena ciudadanía”. Se basa en la experiencia de países como Canadá e Islandia y aspira a contar con el concurso tanto de la sociedad civil como del mundo local. Para ello, la Generalitat ha hecho un llamamiento para reclutar mentores que puedan ayudar, de un modo u otro, a los refugiados en su periplo hacia la autonomía y la integración. El programa está en la fase de inscripciones, y ya son más de 1.500 los aspirantes que se han apuntado (está previsto que la iniciativa concluya con 500 mentores). Realizarán cursos de formación entre marzo y mayo para que su aprendizaje sirva a un mínimo de 100 personas. Para todo ello, la Generalitat dispone de un millón de euros.

Amorós, en conversación con este diario, repasa la labor del Govern en materia de refugiados. Recuerda que Catalunya ofreció en su momento acoger a 4.500 asilados y que, a día de hoy, hay inventariadas 1.200 plazas (el 52% las ha buscado la Generalitat y el resto, las entidades), de las que solo hay ocupadas 471, el total que asume el programa estatal de atención a los asilados. Esta última cifra multiplica por 17 las 27 camas disponibles hace solo un año.

El responsable catalán en materia de protección internacional lamenta las trabas del Gobierno central. Explica el caso de 271 personas que están en Grecia y que el Govern tiene localizadas para poder traerlas a Catalunya. “Tenemos todos sus datos, incluso los teléfonos de muchos de ellos”. Pero Madrid, se queja, solo ha traído a 14 de ellos, argumentando, entre otras cosas, que no logra encontrarlos. También han propuesto entregar visados humanitarios, o de estudios. De momento, sin suerte.

Barcelona trabaja en su programa Nausica, destinado a un colectivo de refugiados “más vulnerable”, en palabras de Asens. El concejal de Barcelona en Comú ha explicado este lunes que ambos proyectos (el de la capital catalana tiene un presupuesto de 1,13 millones, superior al del Govern) "son compatibles y complementarios". “No son contradictorios. Celebramos que la Generalitat tenga su propio plan, aunque habrá que ver cómo termina implementándose porque será necesario coordinarse con los ayuntamientos”. Así es: serán los entes municipales los que controlen el avance de las personas atendidas.

Rodrigo Araneda, presidente de la Asociación Catalana para la Integración de Homosexuales, Bisexuales y Transexuales Inmigrantes (Acathi), acusa a la Generalitat de haber tenido una actitud “un poco mediática”, en el sentido de prometer plazas y asistencia pero “sin aportar concreción alguna”. “Podrían haber hecho mucho más. Dicen que es uno de los temas centrales pero la realidad te demuestra lo contrario”.