Pese a que los españoles seguimos diciendo que no somos racistas, una encuesta dada a conocer ayer demuestra que todavía queda mucho camino por recorrer. Así, un 59% de los encuestados culpa a los inmigrantes de la disminución de los salarios al aceptar sueldos más bajos. Sin embargo, tan sólo un 62% cree que las personas que vienen de otros países quitan puestos de trabajo a los españoles.

Estas son las primeras conclusiones de un estudio, todavía en fase provisional, que presentó ayer la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, con motivo de la celebración del Día de la Eliminación de la Discriminación Racial y la presentación del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia – un organismo con funciones de estudio y análisis de este fenómeno y con capacidad también para elevar propuestas que sirvan para paliar estas actitudes – .

Rumí se mostró satisfecha por los resultados ya que, en su opinión, «muestran que en la sociedad española hay un rechazo hacia las manifestaciones abiertas de racismo». Así un 65% de los encuestados «valora positivamente la presencia en nuestra sociedad de personas de origen racial, religión y cultura diferentes».

Una opinión que se encargó de matizar la directora general de Integración de los Inmigrantes, Estrella Rodríguez, que afirmó que, pese al rechazo general hacia las actitudes discriminatorias, se ha detectado una forma de racismo más «callado e invisible» en ámbitos como el empleo, la vivienda o la escuela.

Un 45% de los encuestados considera que los inmigrantes deberían mantener «sólo los aspectos de su cultura y religión que no molesten al resto de los españoles», aunque un 57% manifiesta que es «inaceptable que la gente proteste por la construcción de una mezquita en su barrio», y a un 67% le parece «inaceptable que se excluya a una alumna de un colegio por llevar el velo islámico o la hiyab».

Delincuencia

La mayoría de las personas encuestadas afirma también que no comparte la percepción de algunos sectores por la cual el aumento de la inmigración ha favorecido la delincuencia en nuestro país.Un 67% asegura que «son hechos aislados» los actos violentos perpetrados por los inmigrantes contra los españoles y de éstos contra las personas que vienen de fuera.

Por eso, dos de cada tres encuestados no admiten los insultos racistas y aseguran que deberían considerarse un delito.

Tampoco se cuestionan la concesión de derechos sociales y de ciudadanía a los inmigrantes instalados de manera legal en nuestro país. Un 85% se muestra partidario del reagrupamiento familiar, un 91% aprueba que cobren el subsidio de desempleo, un 80% apoya que voten en las elecciones municipales y un 86% está a favor de que puedan obtener la nacionalidad española.