Un grupo de 35 militares españoles del cuerpo de Ingenieros, a las órdenes de un capitán, trabaja desde ayer en la transformación de un antiguo colegio de la ciudad mauritana de Nuadibú en centro de acogida de inmigrantes indocumentados. A esas instalaciones, que deben estar terminadas en siete días, serán trasladados desde Canarias los inmigrantes de Senegal y Malí que han llegado en durante las últimas semanas. Desde allí las autoridades locales los conducirán en autobuses hasta las fronteras de sus respectivos países.

La expedición llegó ayer en dos aviones Hércules de carga y en un Casa 295 de pasajeros al aeropuerto de Nuadibú, situada al borde de la frontera sur del Sáhara Occidental. Acompañaban a los militares siete funcionarios de la Agencia Española de Cooperación Internacional, tres de ellos pertenecientes a la unidad de ayuda humanitaria. Llevaron tiendas de campaña y equipos sanitarios, agua y alimentos.

El Colegio número 6 – en Nuadibú los centros escolares son numerados según los barrios – se encuentra en las afueras de la ciudad, a sólo tres kilómetros del aeropuerto. Está rodeado de chabolas levantadas con latas oxidadas y ocupadas por subsaharianos.

El centro tiene unos 10.000 metros cuadrados y está rodeado por una tapia de cemento de unos dos metros de altura. Dos excavadoras se afanaban para retirar las toneladas de arena que el viento del desierto ha acumulado en el patio de tierra. En él los militares desplegarán 25 tiendas. En 18 de ellas instalarán 200 camas; las restantes serán destinadas a diferentes servicios: cocina, comedor, enfermería.

En medio del recinto hay dos edificios con ocho aulas vacías cuyas paredes están desconchadas y que carecen de cristales en las ventanas, pero su estado general es “magnífico”, calificó un miembro de la expedición. En una primera fase, esas aulas serán utilizadas como almacenes, aunque en el futuro, cuando sean restauradas, acogerán las dependencias del centro.

De la celeridad de los trabajos depende la fecha de traslado de los inmigrantes desde las islas Canarias. Ese aspecto es capital, dado que la ley de extranjería española establece que, en el caso de que no sean repatriados en un plazo máximo de 40 días, deben ser puestos en libertad. El director de Seguridad de la provincia, Yahfdan Amar, declaró a este periódico que desconocía cuándo comenzarán a llegar los subsaharianos, aunque tiene noticias de que el primer grupo será de 170 personas.

[Dos embarcaciones con 122 subsaharianos, tres de ellos menores de edad, alcanzaron ayer la costa sur de la isla de Tenerife. Con ellos ya son 2.322 los subsaharianos retenidos en los tres centros de internamiento de extranjeros y acuartelamientos de Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife a la espera de su reenvío a Mauritania o su derivación a capitales peninsulares, informa Juan Manuel Pardellas].