LOS PROBLEMAS DE LOS NUEVOS CIUDADANOS // UNA TRAGEDIA FEMENINA

El 22% de violaciones a inmigrantes se dan en pisos con hacinamiento

• El agresor suele ser uno de los extranjeros que comparten apartamento con la víctima y su familia • Las asociaciones de ayuda creen que existe un gran porcentaje de agredidas que no lo denuncian

El Periodico, 21-03-2006

ANTONIO BAQUERO

BARCELONA

Los apartamentos sobreocupados por inmigrantes se han convertido en un escenario de pesadilla para muchas extranjeras. Las principal asociación de atención a mujeres agredidas en Catalunya alerta de que más de un 20% de las extranjeras víctimas de violaciones o abusos sexuales las han sufrido en el interior de esas viviendas, almacenes humanos de unos pocos metros cuadrados en cuyas habitaciones se hacinan un sinnúmero de inmigrantes.
Glòria Escudero, la coordinadora de la Associació d’Assistència a Dones Agredides Sexualment (AADAS), explica que en los últimos tres años han prestado ayuda psicológica y legal a 49 mujeres inmigrantes. “En un 22% de los casos, más de uno de cada cinco, la agresión sexual se produjo en el interior del piso sobreocupado que esa mujer compartía con otros inmigrantes”, señala Escudero.

MUCHAS HORAS EN CASA

Esta asociación atiende ahora a mujeres originarias de otros países. Su responsable afirma que en muchas agresiones sexuales a inmigrantes hay rasgos comunes. “Casi siempre – – dice la coordinadora – – los agresores son hombres que viven en esos pisos. Abunda el caso en que el violador es el inmigrante que alquila el piso y que usa relación comercial como instrumento de poder sobre los otros extranjeros, que están realquilados. Otras veces, el agresor es el ciudadano español propietario de la vivienda”.
Mariana González, una psicóloga especialista en agresiones sexuales, asegura que muchos de los agresores son inmigrantes que tienen acceso a esos pisos pero que no viven allí.
Entre los perfiles de las inmigrantes víctimas de esas agresiones, aparece una y otra vez el de la extranjera joven, muchas veces menor de edad, que acaba de llegar a España y que pasa muchas horas dentro de la vivienda. En muchos casos, se trata de jóvenes que han venido a reunirse con sus padres, pero éstos casi nunca están en esa vivienda, ya que se pasan todo el día en la calle, trabajando.
Esa soledad deja a muchas de esas jóvenes a merced de los otros habitantes de esas viviendas, inmigrantes que viven allí pero con quienes no les unen vínculos familiares. En muchos casos, los habitantes de esos pisos median para evitar que la violación se denuncie y que se generen problemas para los otros inquilinos.
Eso hace temer a las responsables de AADAS que puede haber una bolsa escondida de mujeres que no se atreven a denunciar su violación o bien por presiones del entorno o por temor al rechazo familiar.

SIN DENUNCIAS DE MUSULMANAS

De las inmigrantes atendidas por AADAS, las más numerosas son las ecuatorianas. Pero esta asociación piensan que hay nacionalidades cuyas mujeres apenas denuncian.
Un temor que Mohamed Alami, presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Marroquí (AAPM), reafirma en el caso de las mujeres originarias de Marruecos. “Las mujeres marroquís no denuncian casi nunca”, cuenta Alami, que alerta sobre “la amplitud de la tragedia que viven estas mujeres”.
“Muchas – – cuenta Alami – – no se atreven a denunciar que han sido violadas o agredidas sexualmente porque temen que su familia las rechace. Venimos de una cultura muy machista , en la que se considera que muchas mujeres han provocado su propia violación.”
El presidente de la AAPM avisa de que se dan casos de chicas jóvenes procedentes de zonas muy atrasadas que, por tener un total desconocimiento de la sexualidad, “ni siquiera saben que lo que les ha pasado es que las han violado y que el que ha hecho eso es un delincuente al que hay que denunciar”.

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