Tocaban todos los palos de la baraja del delito. Secuestros, extorsiones, proxenetismo, robos con fuerza en domicilio o establecimientos, explotación de menores, inmigración ilegal, falsedad documental y de moneda, estafa… La lista es tan larga como el número de detenidos. La Policía Nacional ha arrestado a 297 personas de origen rumano en una macrooperación internacional contra el crimen organizado.

El faraónico operativo, bautizado con el nombre de ‘Braila’, se ha saldado en Málaga con 36 detenidos y siete registros, la mayoría de ellos en el entorno de Benalmádena y Torremolinos, donde al parecer se había asentado la red. A los apresados en Málaga, la cuarta provincia en mayor número de arrestos, se les imputan los delitos de proxenetismo, falsificación documental, extorsiones y robos en domicilios.

En los registros, la policía se ha incautado de documentos de identidad falsos y de diversos objetos procedentes de robos. Aunque no se han decomisado armas de fuego, los agentes han hallado en domicilios de Málaga ocho bates de béisbol con los que se cree que podrían haber participado en agresiones, según indicaron fuentes cercanas al caso.

El cerebro de la organización (al modo del capo di capi italianos) dirigía los hilos de los restantes grupos que operaban en España, donde contaba con lugartenientes (los capos en cada zona) que controlaban las distintas facetas delictivas. En Málaga, el líder de los arrestados fue apresado en Benalmádena.

Investigaciones

Las investigaciones comenzaron en septiembre de 2005 a raíz de informaciones procedentes de la Embajada de Rumanía, que se referían a la presencia en España de un grupo de delincuentes especializados en robos de camiones. De hecho, la policía logró frustrar el asalto a uno de estos vehículos.

A partir de aquella intervención, los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) – central identificaron a los integrantes de los grupos y localizaron sus domicilios o los vehículos que utilizaban. Esas gestiones pusieron de manifiesto la existencia de una organización criminal «de carácter mafioso» con ramificaciones en el resto de Europa.

Fugados

Se pudo comprobar que los miembros de la red estaban controlados por los mencionados ‘capos di capi’, que se encontraban escondidos en Rumanía – donde se ha detenido a 14 personas – o en distintos países de la UE. Algunos de ellos están en busca y captura en la actualidad, según el Ministerio del Interior.

La rama española era dirigida y controlada por Iorgu I., alias Talanu, que se encargaba de los trámites para conseguir el dinero con el que lograban la liberación de los apresados. Para ello contaban con especialistas en distintas actividades delictivas, aunque predominaban los falsificadores de documentos o moneda (clonación de tarjetas de crédito).

La investigación policial desveló que los tentáculos de la red llegaban, de mayor a menor número de detenidos, a las provincias de Madrid (75), Castellón (52), Valencia (43), Málaga (36), Almería (35), Toledo (16), Barcelona (14), Sevilla (4), Zaragoza (4), Palma de Mallorca (2) y Santander (2).

Según informó la policía, cerca de medio millar de agentes de las brigadas de distintas unidades, entre ellas UDEV y UCRIF (Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales), así como de distintas jefaturas o comisarías locales, participaron en el mastodóntico despliegue sin precedentes en España contra una sola organización de delincuentes extranjeros.

No en vano, la macrooperación requirió una estrecha coordinación entre la policía española y la rumana, de manera que los arrestos se hicieron de forma simultánea en ambos países. Se dio la circunstancia de que parte de los implicados, algunos considerados dirigentes de la red, estaban cumpliendo penas en prisiones nacionales.