Unos 1.200 refugiados
permanecen en asentamientos
informales inadecuados en el
centro de Belgrado (Serbia),
incluidos unos 300 menores no
acompañados. Malviven en
edificios abandonados como
almacenes industriales o
estaciones, con nieve y a
temperaturas que alcanzan los
10 grados bajo cero. Según
informa Servimedia, la Agencia
de la ONU para los Refugiados
(ACNUR) ha repartido
calefactores, mantas y ropa de
abrigo, pero pide a los
gobiernos que redoblen sus
esfuerzos para ampliar la
capacidad de alojamientos.
«Estamos muy preocupados por
los informes que indican que las
autoridades en la ruta de los
Balcanes empujan a refugiados
fuera de sus fronteras y las
denuncias sobre violencia
ejercida por la policía», señala
la agencia. Algunos testimonios
hablan de destrucción o
confiscación de móviles para
que no puedan pedir ayuda si
quedan aislados o la
sustracción de ropa, para
dejarles más expuestos a las
temperaturas extremas. «Estas
prácticas», afirma ACNUR,
«son inaceptables».