La ONU pide a Europa que no deje morir de frío a refugiados

Varias personas de procedencia siria, somalí y afgana han perdido ya la vida y preocupa el estado de los niños, según informan Acnur y Unicef

Diario Sur, R. C. , 14-01-2017

Los refugiados se mueren de frío. Europa sufre una ola gélida de aire siberiano que se repite cada 35 años, aproximadamente, y que está afectando de manera severa al sureste del continente. Allí donde se concentran miles de desheredados que llegaron huyendo del hambre, de la persecución o de la guerra. Dos agencias de la ONU dirigieron ayer un dramático llamamiento a los gobiernos europeos a que hagan más para ayudar a estas personas en lugar de rechazarlas en las fronteras.

«Los niños son particularmente susceptibles de sufrir enfermedades respiratorias en esta época. Se trata de salvar vidas, no de papeleos ni de cumplir las disposiciones burocráticas», declaró en Ginebra Sarah Crowe, portavoz de Unicef (la organización de la ONU para la infancia). Por su parte, la representante de Acnur (la agencia para los refugiados) Cecile Pouilly se refirió a la aparición de los cuerpos de dos hombres iraquíes y una joven mujer somalí cerca de la frontera de Turquía con Bulgaria y que dos adolescentes somalíes habían sido hospitalizados por congelaciones tras pasar cinco días en un bosque. A finales de diciembre apareció el cuerpo de un paquistaní en la misma zona fronteriza y un joven afgano de 20 años murió tras cruzar el río Evros en la frontera terrestre de Grecia con Turquía en una noche gélida.

En Grecia han sido traslados a hoteles algunos peticionarios de asilo que estaban acogidos en refugios sin calefacción; y en Serbia, aunque la mayoría de los refugiados sí la tiene, hay aún 1.200 personas que duermen al raso en Belgrado.

En la llamada ruta de los Balcanes resulta especialmente dramático el caso de quienes soportan temperaturas bajo cero en la frontera entre Serbia y Hungría. Algunas han aceptado ya ser conducidas a refugios pero la mayoría no quiere ser registrado en Serbia por temor a que eso interrumpa su tránsito hacia la Europa occidental. El cierre de las fronteras húngaras les ha colocado en una situación límite.

Son varios los países que rechazan a inmigrantes y refugiados y Pouilly aseguró que en alguno de ellos la Policía les ha tratado con violencia y les han llegado a romper o confiscar los teléfonos móviles para impedir que pidieran auxilio. «A otros incluso les han quitado prendas de ropa para dejarles más expuestos al frío» – dijo la portavoz de Acnur – Estas prácticas son simplemente inaceptables y deben detenerse». «No puede ocurrir esto en el corazón de Europa», sentenció Acnur en su cuenta de Twitter.

Bruselas apremia a Grecia

Por su parte la Comisión Europea dijo que la «sigue de cerca» las situación de Grecia y que intenta apoyar a las autoridades de ese país para mejorar el estado de los afectados, dijo la portavoz comunitaria de Interior, Natasha Bertaud. El lunes pasado, una de las portavoces de la Comisión Europea calificó de «insostenibles» las condiciones en las que miles de refugiados estaban afrontando la ola de frío en Grecia. Según dijo, «asegurar unas condiciones de recepción adecuadas es una responsabilidad de las autoridades del país».

El Gobierno griego considera «injustas» las críticas y denuncia que en parte han sido los propios socios europeos los que han contribuido a la situación actual. «Si las críticas proceden de una persona que está pasando frío en un alojamiento gestionado por el Estado griego, entonces las aceptamos – dijo el portavoz del Ejecutivo de Alexis Tsipras – . Pero no cuando vienen de aquellos que, por acción u omisión, han contribuido a agravar estos problemas».

Y remató: «Obviamente la situación sería mejor si el resto de Estados miembros hubieran cumplido con su parte del acuerdo alcanzado en septiembre de 2015 para la reubicación de los refugiados llegados a Grecia».

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