El Gobierno negocia con Mauritania la devolución de los 'sin papeles' subsaharianos

El país magrebí muestra una actitud "muy positiva" para poner fin al drama "en tiempo real"

El País, 17-03-2006

TOMÁS BÁRBULO
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Nuakchot

EL PAÍS
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España – 17 – 03 – 2006


Algunos de los 67 subsaharianos que viajaban en una barca descansan tras ser trasladados al puerto de Los Cristianos (Tenerife). (EFE)
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El Gobierno de Mauritania ha mostrado una actitud “muy positiva” para admitir la devolución de los inmigrantes subsaharianos que en los últimos meses han llegado a Canarias procedentes de sus costas. Así lo manifestó la delegación española que, encabezada por los secretarios de Estado de Seguridad y Asuntos Exteriores, se desplazó ayer a Nuakchot y a Nuadibú para entrevistarse con las autoridades del país magrebí. Éstas se mostraron también de acuerdo en cooperar con España y con la UE para poner fin, “en tiempo real”, a un drama humano que ha causado ya centenares de muertos.

Además de los secretarios de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, y de Asuntos Exteriores, Bernardino León, formaban parte de la delegación española un representante de la UE y otro del Gobierno de Canarias. El grupo fue recibido por el jefe del Estado, Ely Uld Mohamed Vall; el primer ministro, Sidi Mohamed Uld Bubakar; los titulares de Interior y de Justicia y los mandos del Ejército y de la Seguridad. El alto nivel de los interlocutores indica el interés de las autoridades mauritanas en solucionar el problema.

Mauritania tiene acuerdos de libre circulación con 16 Gobiernos del África subsahariana. Los ciudadanos de esos Estados pueden entrar legalmente en el país con sólo mostrar su carné de identidad. Las autoridades locales calculan que el número de esos extranjeros “en tránsito” ronda el medio millón. La mayoría procede de Senegal y Malí, y su ambición es instalarse en Europa.

En Mauritania trabajan para reunir el dinero suficiente que les permita seguir viaje, algo normal desde hace una década. Lo que ha cambiado es que, hasta hace unos meses, continuaban hacia el norte, rumbo a Argelia, Marruecos y el Sáhara Occidental. Desde que esos países endurecieron sus controles, a finales del año pasado, han variado su ruta hacia Nuadibú, desde donde salen la mayor parte de las barcas que intentan alcanzar Canarias. Los subsaharianos que llegan al archipiélago desde Nuadibú son residentes legales en Mauritania, del mismo modo que lo son en Francia los españoles con su DNI. Esta circunstancia respalda la petición española para que Nuakchot acepte su devolución, según fuentes diplomáticas.

Esa solución permitiría sortear el rechazo de la mayoría de los países subsaharianos a admitir la repatriación directa desde España. Sin embargo, existen varias dificultades para llevarla a la práctica. Los inmigrantes destruyen su documentación antes de embarcar, lo cual complica su identificación. En segundo lugar, lo último que desean las autoridades mauritanas es enturbiar sus relaciones con los demás países del área. La complicada composición étnica del país hace que las relaciones con sus vecinos, y muy especialmente con Senegal y Malí, sean en la práctica un asunto de política interior. En Mauritania conviven habitantes de origen árabe bereber – los mauros o moro, en torno al 70%s – que controlan el Gobierno y el comercio, con las poblaciones negras procedentes de Malí y Senegal. En torno al 40% de los árabes son blancos. El resto son haratín, antiguos esclavos de piel oscura de los anteriores, pero pertenecientes a las mismas tribus árabo – bereberes. La tasa de natalidad de estos últimos es la más alta del país.

Frente a esa comunidad están las tribus negras africanas, que suman el 30% de la población: los pulard, los soninké y los wolof. Esas tribus, además de Mauritania, habitan Malí y Senegal. Sus miembros se consideran discriminados por motivos raciales. Es decir: desde un punto de vista cultural, los árabes son mayoría. Pero desde un punto de vista racial, lo son los negros. Este es el aspecto más delicado de la política mauritana y el principal motivo de que hasta el momento no se haya publicado un censo y el origen de las polémicas sobre el número de inmigrantes que se encuentran en el país. En cuanto logran embarcar hacia Canarias, los subsaharianos avisan por teléfono a sus familiares para que se desplacen desde sus países hasta Mauritania, con el fin de que les acompañen en la aventura, según han revelado fuentes de la Seguridad Nacional.

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