La UE afea a Grecia la “insostenible situación” de los refugiados en el frío

Bruselas rechaza la petición de Acnur de evacuar a más personas de las islas

La Vanguardia, BEATRIZ NAVARRO, Bruselas. Corresponsal, 10-01-2017

Los rigores del invierno y la falta de preparación están haciendo aún más dramática la situación de los miles de refugiados en las islas de Grecia, a la espera de una decisión sobre su futuro, o en los Balcanes, en ruta hacia los países más ricos del continente, que han levantado barreras para impedir su llegada.

La situación es especialmente precaria en Grecia. El país sufrió ayer los estragos del cuarto día consecutivo de una ola de frío que ha dejado temperaturas de hasta 20º bajo cero al norte y fuertes nevadas en las islas de Lesbos y Quíos, al este del mar Egeo, donde viven miles de refugiados en tiendas de campaña no acondicionadas. El gobierno griego calcula que hay 15.500 demandantes de asilo varados en las islas del país. En Samos, 1.900 residen en campos previstos para 850 inquilinos. Alrededor de 5.500 se encuentran en Lesbos, en instalaciones pensadas para 3.500 personas. Varias oenegés han denunciado que el gobierno griego no ofrece medios suficientes para calentarse a los refugiados del saturado campamento de Moria; en el de Kara Tepé, gestionado por el ayuntamiento, sí hay estufas para las familias, informa la agencia Efe.

La Comisión Europea reconoció ayer que “la situación es insostenible” para estas personas pero apuntó a las autoridades griegas como responsables de la situación actual por su falta de previsión. “Estamos apoyando al gobierno griego pero asegurar las condiciones de recepción a refugiados y gestionar los campos de refugiados es ante todo la responsabilidad de las autoridades griegas”, recalcó ayer la portavoz comunitaria de Inmigración. “Estamos preparados para dar financiación para la apertura de más centros de acogida, como ya hemos dicho a las autoridades locales y nacionales griegas”, añadió en referencia a la dramática situación en Moria (Lesbos), y se está dando fondos a las agencias y oenegés que trabajan sobre el terreno para mejorar las condiciones de los actuales. “Pero debemos ser claros: lo cierto es que se trata de una responsabilidad de Grecia y nosotros no podemos dictarles nada”, zanjó.

La geografía y las dificultades financieras del Estado griego explican en gran parte la calamitosa situación actual pero también las decisiones adoptadas a nivel europeo para evitar que el 2016 volviera a marcar un récord en la llegada de demandantes de asilo al continente. El fracaso de los mecanismos de reparto de refugiados llevó a los países de la ruta balcánica a cerrar sus fronteras al tiempo que, al norte, empezando por Alemania y Escandinavia, se reinstauraron los controles para cerrarles el paso.

El resultado es que Grecia se ha convertido en una ratonera para miles de personas. Desde la firma del acuerdo entre la Unión Europea y Ankara, en marzo del 2016, las cifras de llegadas se han reducido de forma drástica pero el goteo no ha cesado. La política, desde entonces, es mantener en las islas a los demandantes de asilo que ya estaban allí cuando entró en vigor el acuerdo y no mover tampoco a los nuevos hasta que no se aclare su situación legal y bien sean devueltos a Turquía por ser considerados inmigrantes irregulares o bien se les reconozca como refugiados y sean transferidos a la Grecia continental o el resto de la UE. Se calcula que actualmente hay unos 62.000 migrantes en el país.

ACNUR (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados) ha pedido al gobierno griego que acelere los traslados de demandas de asilo desde las saturadas islas hasta la parte continental del país, donde tendrían mejores condiciones de acogida. La Comisión Europea discrepó ayer de esta opinión y replicó que la medida que más aliviará la situación de los refugiados es agilizar los trámites de examen de sus demandas de asilo. El gobierno griego ya está sacando de las islas a las personas cuyos casos se han resuelto, recordó Bruselas. La UE ha presionado a Grecia para crear una nueva autoridad de apelaciones y la apertura de nuevos tribunales para acelerar el estudio de los recursos a las demandas de asilo rechazadas en primera instancia.

En la clausurada ruta de los Balcanes, Serbia es el país donde más refugiados hay varado e su ruta hacia la UE. En noviembre, había 6.000 migrantes, según datos de Naciones Unidas, también en situación de gran precariedad.

El Papa Francisco pidió ayer a las autoridades europeas “un compromiso común” con los inmigrantes, refugiados y desplazados para “darles una acogida digna” y aplaudió la responsabilidad mostrada por algunos países ante una crisis que, dijo, “no puede reducirse a un simple recuento numérico”. En un discurso ante miembros del cuerpo diplomático en el Vaticano, el Papa cuestionó las “políticas de clausura” de inmigrantes, que no considera “un enfoque prudente” y aconsejó a los gobiernos reflexionar “con sabiduría y altura de miras” sobre cómo dar a los migrantes una vida digna “sin provocar daños al bien común de sus ciudadanos.

Los rigores del invierno y la falta de preparación están haciendo aún más dramática la situación de los miles de refugiados en las islas de Grecia, a la espera de una decisión sobre su futuro, o en los Balcanes, en ruta hacia los países más ricos del continente, que han levantado barreras para impedir su llegada.

La situación es especialmente precaria en Grecia. El país sufrió ayer los estragos del cuarto día consecutivo de una ola de frío que ha dejado temperaturas de hasta 20º bajo cero al norte y fuertes nevadas en las islas de Lesbos y Quíos, al este del mar Egeo, donde viven miles de refugiados en tiendas de campaña no acondicionadas. El Gobierno griego calcula que hay 15.500 demandantes de asilo varados en las islas del país. En Samos, 1.900 residen en campos previstos para 850 inquilinos. Alrededor de 5.500 se encuentran en Lesbos, en instalaciones pensadas para 3.500 personas. Varias oenegés han denunciado que el Gobierno griego no ofrece medios suficientes para calentarse a los refugiados del saturado campamento de Moria; en el de Kara Tepé, gestionado por el Ayuntamiento, sí hay estufas para las familias, informa la agencia Efe.

La Comisión Europea reconoció ayer que “la situación es insostenible” para estas personas pero apuntó a las autoridades griegas como responsables de la situación actual por su falta de previsión. “Estamos apoyando al Gobierno griego, pero asegurar las condiciones de recepción a refugiados y gestionar los campos de refugiados es ante todo responsabilidad de las autoridades griegas”, recalcó ayer la portavoz comunitaria de Inmigración. “Estamos preparados para dar financiación para la apertura de más centros de acogida, como ya hemos dicho a las autoridades locales y nacionales griegas”, añadió en referencia a la dramática situación en Moria (Lesbos), y se está dando fondos a las agencias y oenegés que trabajan sobre el terreno para mejorar las condiciones de los actuales. “Pero debemos ser claros: lo cierto es que se trata de una responsabilidad de Grecia y nosotros no podemos dictarles nada”, zanjó.

La geografía y las dificultades financieras del Estado griego explican en gran parte la calamitosa situación actual, pero también las decisiones adoptadas a nivel europeo para evitar que el 2016 volviera a marcar un récord en la llegada de demandantes de asilo al continente. El fracaso de los mecanismos de reparto de refugiados llevó a los países de la ruta balcánica a cerrar sus fronteras al tiempo que, al norte, empezando por Alemania y Escandinavia, se reinstauraron los controles para cerrarles el paso.

El resultado es que Grecia se ha convertido en una ratonera para miles de personas. Desde la firma del acuerdo entre la Unión Europea y Ankara, en marzo del 2016, las cifras de llegadas se han reducido de forma drástica pero el goteo no ha cesado. La política, desde entonces, es mantener en las islas a los demandantes de asilo que ya estaban allí cuando entró en vigor el acuerdo y no mover tampoco a los nuevos hasta que no se aclare su situación legal y bien sean devueltos a Turquía por ser considerados inmigrantes irregulares o bien se les reconozca como refugiados y sean transferidos a la Grecia continental o el resto de la UE. Se calcula que actualmente hay unos 62.000 migrantes en el país.

Acnur (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados) ha pedido al Gobierno griego que acelere los traslados de demandas de asilo desde las saturadas islas hasta la parte continental del país, donde tendrían mejores condiciones de acogida. La Comisión Europea discrepó ayer de esta opinión y replicó que la medida que más aliviará la situación de los refugiados es agilizar los trámites de examen de sus demandas de asilo. El Gobierno griego ya está sacando de las islas a las personas cuyos casos se han resuelto, recordó Bruselas. La UE ha presionado a Grecia para crear una nueva autoridad de apelaciones y la apertura de nuevos tribunales para acelerar el estudio de los recursos a las demandas de asilo rechazadas en primera instancia.

En la clausurada ruta de los Balcanes, Serbia es el país donde más refugiados hay varados en su ruta hacia la UE. En noviembre, había 6.000 migrantes, según datos de Naciones Unidas, también en situación de gran precariedad.

El Papa pidió ayer a las autoridades europeas “un compromiso común” con los inmigrantes, refugiados y desplazados para “darles una acogida digna” y aplaudió la responsabilidad mostrada por algunos países ante una crisis que, dijo, “no puede reducirse a un simple recuento numérico”.

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