pamplona – Los activistas Begoña Huarte y Mikel Zuloaga, acusados de facilitar la inmigración ilegal al intentar transportar a ocho refugiados desde Grecia a Italia, pagaron ayer la fianza impuesta por la jueza de 4.000 euros – 2.000 cada uno – que les retenía sin poder salir de Grecia y llegarán mañana al aeropuerto de Bilbao, donde aprovecharán para decir unas palabras sobre su situación y lo que pretenden hacer a partir de ahora, tal y como hicieron el miércoles en la plaza Syntagma en Atenas.

Los dos fueron detenidos la semana pasada en la ciudad griega de Igumenitsa, cuando intentaban transportar a ocho refugiados en una caravana hacia Italia. Tras pasar tres días en el calabozo, una jueza los dejó en libertad bajo fianza hasta que se celebre el juicio, al que comparecerán en principio acusados por facilitar la inmigración ilegal e imprudencia grave para la integridad de los refugiados, al llevarlos escondidos en un espacio reducido.

Este miércoles, Zuloaga y Huarte dieron una rueda de prensa en la plaza Syntagma de Atenas tras una manifestación que se convocó en forma de apoyo a estos dos activistas, en la que declararon que continuarán sus actividades de desobediencia civil en solidaridad con los refugiados. Asimismo, los dos activistas denunciaron frente al Parlamento griego que el Gobierno español y la Unión Europea no han cumplido con sus compromisos en materia de reubicación de refugiados. “Cuando existe una barbaridad como esta, la ciudadanía tiene el deber de desobedecer”, destacó Zuloaga, quien recalcó que “la historia se escribe con guerras y genocidios, pero también con actos de desobediencia”. “Nos hemos hecho más personas, nos sentimos más humanos, volveremos a intentarlo”, subrayó, por su parte, Begoña Huarte, quien explicó que su objetivo era trasladar a los ocho refugiados a la CAV, donde movimientos solidarios se encargarían de alojarles y buscar trabajo para ellos. – Efe