ESPOSAS ANTES DE HORA

Alemania estudia vetar bodas antes de los 18 años por las niñas refugiadas

La Vanguardia, MARÍA-PAZ LÓPEZ | BERLÍN, Berlín. Corresponsal, 07-12-2016

La crisis de los refugiados en Europa ha traído consigo realidades complejas, algunas ya presentes en ámbitos cerrados de la sociedad occidental, que ahora se han incrementado en número. Entre los 890.000 solicitantes de asilo, la mayoría procedentes de Siria, Irak y Afganistán, que según cifras oficiales llegaron a Alemania el año pasado, llegaron también matrimonios en los que uno de los cónyuges –en algunos casos los dos– era menor de edad. Ca si siempre es la esposa la que tiene menos de 18 años, algunas incluso sólo 14. El porvenir de esas adolescentes casadas es incierto y suscita inquietud.

Para evitar nuevos casos y solventar los ya existentes, las autoridades se plantean prohibir totalmente el matrimonio de menores de 18 años, pues en la actualidad es posible en Alemania casarse a los 16 años si se cumplen dos condiciones: que haya autorización de un juzgado de familia, y que el otro cónyuge tenga 18 años o más. También se plantean declarar no válidos los matrimonios celebrados en el extranjero en los que uno de los contrayentes es menor de edad. (Ahora mismo Alemania considera legal todo matrimonio que fue celebrado legalmente, por lo civil o por lo religioso, en el país de origen).
“Nuestro país no puede permitir que las chicas se casen antes de los 16 años; y en principio incluso los matrimonios a los 16 y hasta los 18 años no deberían ser reconocidos”, sostuvo en noviembre el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas. Las estadísticas indican que, en julio, había en Alemania 1.475 menores extranjeros inscritos como casados. De esos menores, la gran mayoría (1.152) eran niñas y chicas. Muchos de esos menores son solicitantes de asilo de Siria, Afganistán e Irak, pero también de países europeos (véase recuadro). Los datos proceden de la Oficina Federal Administrativa (BVA), con sede en Colonia, que teme que las cifras reales sean mucho más altas.
Intenso debate ha causado el caso de Alia y Amir (nombres ficticios), desvelado hace unos meses por el diario Die Welt. Al llegar a Alemania en agosto de 2015, la casada Alia tenía 15 años, por lo que, por decisión de la Oficina de Protección de Menores, fue apartada de su marido y primo Amir, que tenía entonces 21, y puesta bajo tutela del Ministerio de Familia en un hogar para menores. Se les autorizó a verse sólo en presencia de una tercera persona. Amir protestó, y el tribunal de Bamberg sentenció que Alemania debía reconocer la legalidad de esa boda celebrada en Siria, ya que Alia se mostraba conforme; nada indicaba que la unión hubiera sido forzada. La Oficina de Protección de Menores apeló, alegando que ella no era aún lo bastante madura , pero el Tribunal Supremo falló que la pareja podía permanecer junta. A juicio de Unicef y de la oenegé suiza Terre de Femmes –que estos meses ha realizado en Berlín representaciones callejeras de bodas entre menores como forma de denuncia–, esa sentencia es un peligroso precedente.

También la asociación SOS-Kinderdörfer (en España, Aldeas Infantiles SOS) denuncia las condiciones en que se producen actualmente muchos casamientos de chiquillas refugiadas, quienes raramente tienen otra opción que la de aceptar. “Los matrimonios de adolescentes con hombres mucho más mayores que ellas son especialmente frecuentes en Siria –sostiene esta oenegé internacional–. Antes de la guerra, en 13 de cada 100 matrimonios, al menos uno de los esposos no había cumplido aún 18 años. Actualmente, eso ocurre en el 51% de los matrimonios. Se trata sobre todo de matrimonios forzados celebrados en los campos de refugiados de Jordania, Líbano, Irak y Turquía”. En algunos casos, las familias desesperadas creen estar haciendo lo mejor: consideran que casar a sus hijas menores con algún pariente o amigo antes de partir hacia Europa equivale a protegerlas de agresiones sexuales durante el viaje.

El plan del ministro Maas es prohibir todos los matrimonios de menores de 16 años sin excepción, pero no era esa su idea inicial. De hecho, en el seno de la coalición gubernamental de democristianos y socialdemócratas hay división de pareceres. Los primeros –es decir, la CDU, partido de la canciller, Angela Merkel, y sus socios bávaros de la CSU– quieren prohibición total, mientras que el socialdemócrata SPD había planteado excepciones. Motivo: según diversos expertos, anular bodas puede perjudicar a las chicas ya casadas, sobre todo si están embarazadas, o hay un bebé en la pareja.

Así, la responsable gubernamental de Migración, Refugiados e Integración, Aydan Özoguz, alertó de los riesgos de una anulación genérica. La socialdemócrata Özoguz, de origen turco, valoró las buenas intenciones de la iniciativa, pero avisó de que la prohibición total podría condenar a las menores casadas al aislamiento social. “Si sus matrimonios dejan de estar reconocidos, ellas podrían quedarse sin herencia y sin ingresos; sus hijos se convertirían en ilegítimos, y para muchas significaría no poder regresar a sus países de origen”, arguyó Özoguz.

El Ministerio de Justicia presentará un proyecto de ley definitivo antes de fin de año. El primer borrador preveía, para los matrimonios de menores ya existentes, una anulación por decisión judicial tras estudiar cada caso; no incluía un veto general. “Es muy importante que cada decisión tomada se dirija siempre al bienestar de la chica afectada”, dijo el ministro Maas. Pero los distintos puntos de vista en el seno del Gobierno todavía pueden deparar novedades.

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