Merkel abre campaña prometiendo expulsar más refugiados

La canciller alemana asegura que no subirá los impuestos en los próximos cuatro años

ABC, ROSALÍA SÁNCHEZ, 07-12-2016

Pragmática como siempre, Angela Merkel encara el complicado año electoral en el que se presentará a su cuarta legislatura calculando que lo que más pesa en el electorado son la crisis de los refugiados y los beneficios constantes y sonantes, por lo que ayer anunció las dos promesas electorales sobre las que girará toda su campaña: aumentar las expulsiones de refugiados sin derecho a obtener el estatus de asilo y subidas cero de impuestos durante los próximos cuatro años, incluso alguna rebaja.

«Descartamos completamente cualquier subida de impuestos y lo formulamos con claridad», figura en el documento que la directiva de la Unión Cristianodemócrata cerró anoche a toda prisa, debido a cambios de última hora exigidos por el ala más a la derecha de la CDU. «Si alguien, incluso un enfermo, consigue superar el difícil viaje por el Mediterráneo y los Balcanes pero no tiene perspectivas de ser admitido aquí legalmente como refugiado, debe ser posible repatriarlo en avión pocas horas después», explicó el vicepresidente del partido, Thomas Strobl, ministro del Interior del estado de Baden-Württemberg y deseoso de acercar el partido a los hermanos socialcristianos de Baviera (CSU), que harán campaña junto a Merkel tapándose la nariz debido a la negativa de la canciller alemana de incluir en su programa un cifra tope anual de extranjeros que puedan entrar en Alemania y que ellos fijarían en 200.000.
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Congreso del CDU

Con estos dos puntos como reclamo y pretendiendo haber cuadrado el círculo, Merkel se presenta hoy ante el congreso de la CDU en Essen del que debe salir proclamada como candidata electoral, pero en el que tendrá que enfrentar críticas a su política de inmigración de los últimos dos años. «Alemania seguirá brindando acogida y protección, pero solo a aquellos que realmente sufren persecución», ha terciado el secretario general de la CDU, Peter Kauder, sin dar respuesta al tema más controvertido que debe resolver este congreso: cómo repatriar físicamente a todos los refugiados sin derecho a asilo e inmigrantes ilegales que hayan entrado en el país.

No será tan sencillo como cuadrar un programa electoral de compromiso, ya que la actualidad enfrenta a Merkel a diario con la realidad social que deja tras de sí la crisis de los refugiados. El último escándalo ha surgido este pasado fin de semana, cuando los informativos de la primera cadena de la televisión pública alemana ARD evitaron informar sobre un suceso que conmocionaba a la opinión pública a través de las redes sociales. La policía de Friburgo ha probado gracias a pruebas de ADN que fue un refugiado afgano de 17 años quien violó y asesinó brutalmente a una joven estudiante de medicina de 19 años, Maria L..

No se trata ni mucho menos del primer suceso de este tipo y está a punto de cumplirse el aniversario de la horrible Nochevieja de Colonia, en la que más de mil mujeres fueron sexualmente agredidas en una serie de ataques en grupo por parte de refugiados que han quedado en su mayoría impunes debido a la imposibilidad de establecer las identidades de los atacantes. Esta es la realidad que va a acompañar como una lluvia constante la campaña y que beneficia el ascenso del partido xenófobo y anti europeo Alternativa para Alemania (AfD), el peor enemigo de Merkel.

La celebración de este congreso supone para Merkel cerrar un círculo personal. Fue también en un congreso de la CDU en Essen, en 2000, cuando fue elegida por primera vez presidenta del partido, dos años después de que Helmut Kohl perdiese las elecciones contra el socialdemócrata Gerhard Schröder y en un momento muy difícil por el peso del escándalo de la financiación ilegal. Merkel, incombustible, está segura de poder relanzar su programa y acude al congreso apremiando al trabajo: «¡vamos! ¡tenemos mucho por hacer!».

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