Allahshukur Pashazadeh: «La islamofobia es una realidad porque la gente tiene miedo»

El Gran Muftí de Azerbaiyán cree que los países occidentales «no deberían cerrar la puerta a los refugiados por temor a que puedan traer la violencia»

ABC, LAURA DANIELE, 05-12-2016

Azerbaiyán se ha convertido en un ejemplo de convivencia pacífica entre las distintas religiones en un país de mayoría musulmana. Su Gran Muftí, Allahsukur Pashazadeh, ha concedido una entrevista a ABC para explicar cómo este país fomenta el diálogo interreligioso, con motivo de su visita a Madrid para participar en unas Jornadas sobre «Las religiones y su contribución a la concordia y la paz», organizadas por la Embajada de Azerbaiyán y la Universidad Católica San Antonio de Murcia.

-El Papa havisitado recientemente vuestro país, ¿qué impresión le ha dejado el Santo Padre?

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—Para nosotros ha sido una visita de gran importancia. Durante sus encuentros con el presidente del país, Ilham Aliyeb, como con otros representantes de distintas instituciones han hablado mucho de la paz entre las religiones y han hecho un llamamiento a la convivencia pacífica. Para nosotros es un aspecto muy importante y memorable

-Azerbaiyán es un ejemplo del espíritu de cooperación interreligiosa que defiende el Papa, ¿cómo es esta convivencia

—En Azerbaiyán todas las religiones: musulmana, ortodoxa rusa, católica, judía, budista tienen sus templos y se respetan sus derechos. Nuestro presidente además otorga gran importancia a la unidad entre las religiones. De hecho, ha proclamado 2016 como el Año del Multiculturalismo. Con este gesto quiere enfatizar la importancia que el Gobierno otorga al tema. A pesar de las confrontaciones de origen religioso que existen en Oriente Próximo, nunca ha habido conflictos de carácter religioso en Azerbaiyán. De hecho también existe una convivencia pacífica entre sunnitas y chíitas. Ambos rezan en la misma mezquita, lo que demuestra la tolerancia que tenemos en el país.

-¿Cómo ha conseguido este país de mayoría musulmana esta armonía?

—Influyen muchos factores, como los valores que tiene nuestra nación y el ambiente en general. Lo más importante es la política de tolerancia y convivencia pacífica entre las religiones que ha defendido nuestro presidente. También hay factores históricos. Después del ateísmo que impuso el régimen comunista durante las siete décadas que estuvimos bajo dominio soviético, nuestro pueblo necesitaba recuperar su identidad y valores. Tras conseguir la independencia, teníamos por dentro esta necesidad pero no creíamos que el Gobierno fuera a prestar tanta atención a este aspecto.

-¿Qué influencia puede tener esta realidad de Azerbaiyán en otros países de mayoría musulmana?

—Sí que influye porque de hecho yo no soy solo el gran muftí de Azerbaiyán, sino también soy el sultán de toda la región del Cáucaso y el vicepresidente del Comité del Consejo Interreligioso, junto con el Patriarca ortodoxo ruso Kirill, un comité que se encarga de la divulgación de estos principios.

-¿Cómo es la relación con la Iglesia católica? Esta comunidad tiene menos de 450 fieles.

—Como resultado de la visita del Papa Juan Pablo II en 2002 y de las sucesivas reuniones mantenidas en el Vaticano se ha decidido fomentar una mayor presencia de la Iglesia católica a pesar del reducido número de católicos que vive en nuestro territorio. Por ello se ha escogido un sitio para construir una Iglesia católica y yo personalmente he colaborado económicamente con la construcción de esta Iglesia.

-El Papa ha pedido a los líderes religiosos musulmanes que prediquen contr la violencia y condenen el terrorismo, ¿son conscientes del papel que juegan en favor de la paz?

—Hablamos mucho de este tema en los foros mundiales, pero en mi opinión personal creo que hay que separar la política de la religión. Cuando las religiones salen del marco al que pertenecen y adoptan un carácter político aparecen los conflictos. Muchas veces los líderes religiosos tenemos que arreglar los desastres que dejan los políticos y en muchas ocasiones es una tarea imposible aunque lo intentemos. Son lamentables los desastres, las controversias y los conflictos que generan los gobiernos. Luego la responsabilidad la asumimos nosotros cuando no debería ser así. Al igual que el llamamiento del Papa, yo también he hecho un llamamiento a la concordia de todas las religiones. Crear esta armonía entre las religiones es un objetivo que falta en muchos jefes de Estado?

-¿Por qué las personas que huyen de la guerra en Siria o Irak prefieren pedir refugio en Europa, en lugar de acudir a países de mayoría

—La razón es que buscan la democracia. La gente que huye de la violencia, de las enfermedades van a allí en busca de una mejor vida, de la tranquilidad. Desgraciadamente hay algunos países occidentales que se niegan a acogerles y no están actuando como deberían.

-¿Qué papel juega la islamofobia en este rechazo?

—El Islam es la religión de la paz, pero desgraciadamente el terrorismo del Daesh está perjudicando la imagen del Islam. La islamofobia es una realidad porque la gente tiene miedo. Por eso muchos países creen que los refugiados que pretenden cruzar sus fronteras pueden traer la violencia y algunos les cierran las puertas aunque no debería ser así. El islam debería ser entendido y difundido como lo que es: una fuente de paz.

-¿Qué piensa del resultado de las elecciones en Estados Unidos? ¿Cree que con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca pueden empeorar los conflictos en algunos países de Oriente Medio?

—Tenemos que creer que no será así. Hay que vivir con esperanza no importa que si se es musulmán, cristiano o judío. Yo personalmente respeto mucho la opinión de EE.UU. y hay que respetar el resultado de las elecciones sea el que sea. Espero que sea positivo para todos, tanto para EE.UU. como para todo el mundo.

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