Una niña que llegó sola a las costas de Italia logra reencontrarse con su madre gracias a una casualidad

Oumah, de 4 años, llegó a Lampedusa después de ser separada de su familia paterna, que pretendía someterla a la ablación

ABC, , 25-11-2016

Separada de su familia paterna para escapar a la ablación, llegó sola a Lampedusa, puerta de entrada en Italia para numerosos inmigrantes. Pero por un curioso cúmulo de casualidades, Oumoh, una niña de cuatro años procedente de Costa de Marfil, va a poder reencontrarse con su madre.

«Llegó el 5 de noviembre a Lampedusa», explica a AFP la inspectora Maria Volpe, directora del servicio de menores en la comisaría de policía de Agrigento, en Sicilia. Oumah viajaba a bordo de una barca con una quincena de personas, mujeres y niños, pero ninguno de ellos parecía conocerse.
Especializada desde hace 20 años en la ayuda a menores, «Mamma María» se desplazó entonces a Lampedusa para buscar a la niña y llevarla el 9 de noviembre, con la orden de un juzgado de menores, a un hogar en Palermo. «Había llegado hacía algunos días, no parecíademasiado serena», cuenta Volpe.

Pero el destino cambió las cosas. Nassada, una niña maliense de 8 años que desembarcó con su madre y un hermano de pocas semanas, llegó a un centro de acogida de Lampedusa. Allí, un policía le prestó un ordenador, lleno de fotografías, para entretenerse. «¡Oumoh, Oumouh!», comenzó a gritar entonces la pequeña, que había conocido a la menor en otro centro de acogida de Túnez. Gracias a ello, la madre de Nassada pudo dar a las autoridades el teléfono de la madre de Oumah.

Llorando, la madre de Oumoh contó que había arrebatado la niña a la familia de su marido, que insistía en que debía sufrir la ablación. Entonces había trasladado a la menor a Túnez, a casa de una amiga, que luego había decidido embarcarse, llevándose junto a ella a Oumah, a la que luego abandonó.

«La madre quizá había previsto embarcar también pero fue retenida en Costa de Marfil más tiempo del previsto, y cuando regresó a Túnez su hija ya no estaba», explicó Volpe. Afortunadamente, los servicios diplomáticos se activaron entre Roma y Túnez para reunir a la madre y a la niña. También se realizará un test de ADN lo más rápido posible para determinar el vínculo entre ambas.

«Conmueve al corazón cuando vemos los ojos de esos niños, tan pequeños. Se acercan rápido, nos convertimos de inmediato en sus referentes. Pero es un honor poder hacer este trabajo, con amor y humanidad», concluyó Volpe.

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