Alemania encumbra a dos refugiados como héroes

“No podía dejar que pasara algo a los alemanes”, dice el sirio que detuvo a su compatriota yihadista

El País, Luis Doncel , 11-10-2016

Alemania tiene nuevos héroes: dos refugiados sirios que acogieron a un compatriota y que, al darse cuenta de que era el terrorista más buscado del país, lo maniataron y llamaron a la policía en la noche del domingo. Gracias a Mohamed A. y su amigo, lo que podría haber derivado en un gran atentado en el aeropuerto de Berlín acabó en final feliz. “Estoy tan agradecido a este país por habernos acogido que no podía permitir que él hiciera algo a los alemanes”, dice Mohamed.

La imagen de los refugiados sufrió un duro golpe en Alemania a principios de año, con el shock de las agresiones y robos masivos que un millar de mujeres sufrieron en Nochevieja en Colonia y otras ciudades. Los ataques islamistas del pasado verano hicieron aún más daño. La frustración de amplias capas de la población por la situación migratoria ha tenido un notable impacto para la canciller Angela Merkel, que asiste a la subida imparable del partido xenófobo AfD mientras que su CDU va de derrota en derrota.

Lo ocurrido ahora arroja una doble lectura: fue un refugiado sirio, Jaber Albakr, el que recibió adiestramiento del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) para cometer un atentado en Alemania; pero han sido también refugiados sirios los que han logrado impedirlo.

Los llamados héroes de Leipzig eran el martes omnipresentes en los medios alemanes. El protagonista del día, que en las entrevistas sale de espaldas, mantiene en secreto su identidad por miedo a las represalias del ISIS contra él o su familia, que aún está en Siria.

El diario Bild publicaba el martes una imagen de Albakr atado por los pies con un cable y agarrado por el cuello por un hombre del que solo se ve el brazo. Esta es la imagen que el sirio de 36 años llevó en la noche del domingo a la policía para demostrar que había apresado al hombre que tenía en vilo a todo el país. Llevó una fotografía porque no habla alemán, e iba a ser muy difícil explicarse. “No me siento un héroe. Solo he cumplido con mi obligación. Los terroristas para mí no son sirios. Ni siquiera son personas”, decía Mohamed al canal n – TV.

Las fuerzas de seguridad habían hallado el sábado por la mañana en la vivienda de Albakr en Chemnitz, al este del país, un cinturón de explosivos y 1,5 kilos de peróxido de acetona, el material empleado por yihadistas vinculados al ISIS en Bruselas y París. Comenzó entonces una búsqueda desesperada para evitar una tragedia. Mohamed y su amigo se encontraron con Albakr el sábado en la estación de trenes de Leipzig, a unos 85 kilómetros de Chemnitz. El sospechoso había recurrido a un chat de refugiados sirios para pedir cobijo por unas noches. Decía que acababa de llegar a Alemania y esperaba encontrar un trabajo en Leipzig. De la estación fueron al piso, donde comieron arroz y cordero. Después se trasladaron a la casa de otro compañero que tenía más espacio. Mohamed, que había trabajado como peluquero en Siria, incluso cortó el pelo a su huésped.

Felicitaciones

Fue al día siguiente cuando los dos refugiados empezaron a sospechar de la identidad de su invitado. Su fotografía llevaba dos días circulando por los medios de comunicación. Consultaron en la Red con otros compatriotas para cerciorarse de que el joven al que acababan de conocer era Albakr. Y cuando este se iba a dormir, le ataron de pies y manos y avisaron a la Policía. Él les ofreció los 1.000 euros y 200 dólares que llevaba en la mochila a cambio de su libertad, pero ellos se negaron. Mohamed explica en la entrevista con el Bild que él mismo huyó de Siria por temor a los yihadistas, y que no podía permitir que “el terrorista” —como se refiere a él en todo momento— actuara en Alemania. “Estaba furioso con él”, añade.

Las felicitaciones llegan ahora de todas partes, también de la canciller Angela Merkel. “Mostramos nuestro agradecimiento a las fuerzas de seguridad y también al sirio que contribuyó de forma decisiva a la detención”, dijo una portavoz del Gobierno. Monis Bukhari, que gestiona una web para sirios en Alemania, también felicitó a sus compatriotas. “Así debemos mostrar nuestro compromiso con la seguridad de este país”, escribió en su perfil de Facebook.

Otros políticos, como el jefe del Gobierno del Estado de Sajonia o el ministro del Interior, fueron más cicateros. Se limitaron a dar la enhorabuena a las fuerzas de seguridad, olvidando el papel de los auténticos héroes. Una operación que fue preparada minuciosamente por los servicios de inteligencia nacionales e internacionales falló cuando el sospechoso se dio cuenta del despliegue policial en torno a su vivienda. La policía de Sajonia ha recibido críticas por dejar escapar el sábado a Albakr, y por no haber agradecido a los captores en los mensajes de la madrugada del lunes en los que comunicaban el éxito de la operación.

Este episodio, que pone de relieve una vez más la amenaza terrorista, amenaza con intensificar las peleas en el Ejecutivo federal. Los socialcristianos bávaros de la CSU reclaman al Gobierno más control sobre los solicitantes de asilo. En Chemnitz, la ciudad donde Albakr preparaba el atentado, varios centenares de personas acudieron en la tarde del lunes a la marcha convocada por un grupo derechista contra Merkel y su política migratoria.

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