Merkel pide replicar en otros países el pacto con Turquía para frenar la migración

Bruselas intenta desde junio condicionar la ayuda europea al control de los flujos

El País, Lucía Abellán , 26-09-2016

La canciller Angela Merkel, que fue la principal impulsora del acuerdo firmado hace medio año por la Unión Europea y Turquía para contener la llegada de migrantes, defiende este pacto como un modelo trasladable a otros países de la ribera sur del Mediterráneo. La líder alemana ha insistido este lunes en su idea de que Bruselas debe avanzar para prevenir nuevas rutas de entrada, y cerrar acuerdos de ayudas económicas a cambio de un mayor control de fronteras con países como Egipto o Túnez. El gran agujero en este plan es Libia, un Estado fallido sin una Administración capaz de hacer valer acuerdos de protección de fronteras o devolución de migrantes.

Al aludir a ese tipo de alianzas con los países africanos y citar el ejemplo del pacto entre la UE y Turquía por el que 624 extranjeros ya han sido expulsados desde Grecia —70 este mismo lunes—, Merkel ahonda en una nueva estrategia que ha adoptado la Unión Europea hacia sus vecinos menos desarrollados. Frente al enfoque clásico de la ayuda al desarrollo, la Comisión Europea decidió en junio poner la migración en el centro de todos los acuerdos que firme con países africanos y de Oriente Próximo. El aspecto más controvertido consiste en aplicar lo que denomina incentivos negativos —es decir, restar ayudas si los compromisos no se cumplen— a quienes no sean capaces de contener los flujos hacia Europa.

Para evitar un éxodo como el de los más de un millón de refugiados —en su mayoría sirios— que cruzaron de Turquía a Grecia en 2015, Bruselas señala a Jordania y Líbano como prioritarios en esta estrategia. La idea es desembolsar dinero a cambio de que esos países, los que acogen al mayor número de sirios después de Turquía, los mantengan dentro de sus fronteras. La Comisión prevé dedicar a estos acuerdos al menos 8.000 millones de euros adicionales en los próximos cinco años.

Pero la referencia que ha hecho este lunes la canciller al polémico acuerdo con Turquía resulta muy reveladora de la inquietud que suscita el fenómeno migratorio en el seno europeo. Las enormes grietas que abrió entre países miembros a lo largo del año pasado convencieron a la Comisión de que valía la pena explorar esta vía de contención antes que arriesgarse, pues, a nuevas oleadas.

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