La ultraderecha marcha en México para imponer su agenda antigay

Una multitud, alentada por los sectores más conservadores de la Iglesia, lanza un duelo histórico al presidente Enrique Peña Nieto

El País, J.M.AHRENS , 24-09-2016

México está presenciando esta mañana lluviosa un duelo histórico. Por las calles de la capital, una multitud se manifiesta no sólo contra el matrimonio homosexual, sino contra la laicidad del Estado. Alentados por los sectores más conservadores de la jerarquía católica, decenas de miles de personas exigen una reforma constitucional que blinde su concepción retrógrada de la familia y que abra la educación a la Iglesia. Un anatema para la revolucionaria Constitución de 1917.

El golpe va directo al hígado del presidente Enrique Peña Nieto. Cuando en mayo presentó su propuesta para apuntalar constitucionalmente las bodas gays (ya aceptadas por la Suprema Corte) nadie esperaba una reacción tan fulminante. Pero la Iglesia, bajo el liderazgo del oscuro cardenal Norberto Rivera, aprovechó la debilidad presidencial, cuya popularidad atraviesa sus horas más bajas, para poner en marcha una intensa campaña de agitación. Desde púlpitos y publicaciones eclesiales se azuzó un movimiento ultraconservadorque se ha organizado en torno al denominado Frente Nacional de la Familia. Este grupo sostiene que la homosexualidad es reversible; la transexualidad, una enfermedad mental, y que los anticonceptivos causan esterilidad.

La primera demostración de fuerza se materializó hace dos semanas cuando decenas de miles de personas salieron a protestar contra las bodas gays en 120 ciudades mexicanas. La segunda fase llega hoy.

Para la ultraderecha, el escenario elegido ya es un reto en sí mismo. La Ciudad de México es el faro de la izquierda latinoamericana. Ahí es donde se legalizaron el aborto y el matrimonio homosexual mucho antes que en otros sitios. En esta tierra hostil, el Frente Nacional de la Familia busca ahondar la brecha abierta entre el presidente y su propio partido.

El PRI, debilitado tras su último batacazo electoral y asustado ante La impopularidad de la iniciativa de Peña Nieto en determinados estados, ha decidido congelar en las cámaras legislativas la iniciativa presidencial. La decisión, un síntoma del desmoronamiento del poder presidencial, no ha logrado contener la ofensiva católica. Por el contrario, esta victoria ha avivado los intentos de imponer la agenda católica al Gobierno. Algo extremadamente difícil, dada la distancia tomada por los partidos, pero que de momento ha cristalizado en una insólita ola de protestas y ha sacado de la caverna no sólo a la Iglesia, tradicionalmente acomodaticia con el poder, sino a la ultraderecha.

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