Policías belgas llevaron a 13 emigrantes hasta Francia para ayudarlos

El ministro francés del Interior transmite su “más viva protesta” al embajador de Bélgica

El País, Carlos Yárnoz , 22-09-2016

La compasión, el gesto solidario y humano, se ha convertido esta vez en un incidente diplomático de altura entre Francia y Bélgica. Varios policías belgas trasladaron en su propio furgón a 13 migrantes hasta el interior del territorio francés para acercarles a su destino, el puerto de Calais, para evitarles el peligro de tener que ir andando por la carretera. El Gobierno francés ha montado en cólera y ha convocado al embajador belga de París.

Era la tarde del pasado martes y los agentes belgas patrullaban no lejos de la frontera con Francia. Los policías pertenecen a una unidad de Ypres, en Flandes. Estaba a punto de anochecer y vieron caminar por el arcén a 13 personas. Detuvieron su vehículo a su lado.

Se trataba de emigrantes, refugiados, entre ellos tres menores. Dijeron a los agentes que se dirigían a pie a Calais, el puerto francés en cuyas inmediaciones se hacinan en condiciones infrahumanas miles de migrantes para intentar pasar a Inglaterra. Los policías decidieron al menos evitarles el peligro de ir por la carretera en medio de la noche.

Los 13 acabaron subidos al furgón policial. Ya cerca de Nieppe, localidad francesa cercana a la frontera, a otros policías de la Gendarmería de Francia les extrañó ver el vehículo policial belga y le ordenaron parar. Su sorpresa debió ser mayúscula cuando vieron a los 13 migrantes.

Los agentes belgas fueron conducidos a una comisaría francesa y allí fueron interrogados durante horas. Uno de ellos, Georges Aeck, ha declarado a la emisora BFMTV que simplemente querían evitarles daños mayores. “No queríamos dejarles directamente en la carretera y que fueran andando hasta la frontera, así que les llevamos en la dirección a la querían ir”.

Su ayuda ha sido una afrenta para el Ejecutivo francés. Tras llevar a los diez adultos a un centro de detención administrativa y a los menores a otro de acogida, el Gobierno ha montado en cólera. “Ha sido un acto muy grave”, asegura Interior.

No es la primera vez que las policías de ambos países tienen problemas por su gestión de la emigración. A comienzos de la pasada década, agentes de uno y otro país fueron sorprendidos pasando la frontera con migrantes, pero en aquella época era para devolverlos al otro lado y desentenderse de aquellos seres humanos que huían de las guerras y el hambre. Como ahora.

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