La iniciativa canadiense para que los refugiados sirios superen su miedo al mar y las barcas

El monitor de un grupo de remo, de origen tunecino, llevó a varios de los recién llegados a disfrutar de los lagos de la región de Alberta

ABC, , 29-07-2016

La gestión de la crisis de los refugiados ha suscitado políticas en los países de llegada, abriendo divisiones entre las medidas oportunas para gestionar este drama humanitario. La acción ciudadana ha suplido en muchas ocasiones la inacción de los gobernantes. En otras ocasiones, ha encontrado soluciones originales y también necesarias. Es el caso de la iniciativa desarrollada en Canadá, donde la sociedad se ha volcado para brindar su ayuda a los recién llegados. Así lo ha explicado Hache Filardi en su perfil de la red social Twitter, donde cuenta la curiosa propuesta desarrollada en la región de Alberta.

«En Alberta hay una gran cantidad de refugiados sirios. Muchas familias con niños que no hablan inglés. Alberta es un paraíso de lagos. (…) En verano lo suyo es ir a nadar, a pescar y montar en barca. Pero ‘barca’ es una palabra que despierta muchas imágenes que muchos sirios quieren olvidar. Lo mismo que ‘nadar’. Niños que llegan a un país extraño sin hablar el idioma. Les dicen que montar en barca es divertido y no pueden comprender por qué. En Edmonton (Alberta) se han dado cuenta de esto. Ha habido casos de gente que han revivido sus travesías en el mar y han necesitado ayuda. El monitor de uno de los grupos de remo de Edmonton es de origen tunecino. Junto con otras asociaciones ha desarrollado una idea para ellos».

Una idea que, como el propio Filardi explica a continuación, pretende ayudarles a solucionar sus miedos. «Mañana sábado un autobús llevará a varias familias a pasar un día en un lago cerca de Edmonton. Irá con terapeutas y otros especialistas. Su plan es enseñarles en árabe que navegar también puede ser algo hermoso. Mostrarles la belleza del mar. De los lagos, en este caso. Algunos están reticentes pero a la vez animados. ‘He visto a gente morir en el mar, pero quiero vencer este miedo’, dice un crío de 12 años. ‘Quiero hacer esto por si acaso alguna vez vuelvo a pasar por algo así, para saber cómo salvar mi vida’, dice el mismo niño».

Lo cierto es que Canadá posee, históricamente, una arraigada tradición de acogida a quienes han tenido que abandonar sus países. Sin ir más lejos, el país americano logró reasentar a más de 25.000 refugiados en febrero, tal y como prometió el primer ministro Justin Trudeau.

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