Casi un año después de que 15 inmigrantes murieran intentando entrar a nado en Ceuta, la tragedia en estas aguas se volvió a repetir ayer. Durante la madrugada, otros dos subsaharianos perdieron la vida por ahogamiento cuando estaban a punto de alcanzar la ciudad autónoma. Es la repetición del drama que se vive en Grecia, Italia o Turquía, donde el futuro de familias de refugiados queda sumergido en el fondo del mar en la que ya es la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.

Ayer hubo intento de entrada masiva en el perímetro fronterizo de Ceuta, donde es fácil acceder desde Marruecos a nado, en neumáticos, o en lanchas de juguete. La cuestión es que muchos inmigrantes no saben nadar bien. El problema, cuando la entrada la realizan a la vez muchas personas, de noche, abrigadas con pesadas ropas, sin calibrar muy bien la profundidad del agua e intentando sortear a las fuerzas de seguridad.

Es más o menos lo que ocurrió ayer. Dos inmigrantes no lograron sortear todos estos obstáculos y perdieron la vida. Además, otros 12 resultaron heridos y tuvieron que ser trasladados al Hospital Universitario de Ceuta tras cruzar la valla.

La Wilaya de Tánger (el Gobierno civil) explicó a través de la agencia marroquí MAP que los cadáveres de los dos inmigrantes fueron encontrados por efectivos de las fuerzas de seguridad marroquíes, que detuvieron, además, a 104 personas. Y añadió que alrededor de 185 inmigrantes en situación irregular lograron entrar en la ciudad.

El suceso se produjo a las 3.00 horas de la madrugada de ayer, cuando este grupo de inmigrantes se lanzó a la vez desde las costas cercanas a la localidad de Belyounech, en Marruecos. Las fuentes que cita la agencia marroquí MAP aseguraron que los inmigrantes lanzaron piedras y palos contra las efectivos marroquíes, causando varios heridos.

Las autoridades marroquíes llevan a cabo desde octubre una campaña de desalojo de los refugiados en la región de Tánger y al sur de Ceuta, según confirmaron a Efe varias ONG defensoras de los derechos de los inmigrantes en el norte de Marruecos. Esta campaña no ha sido confirmada, sin embargo, por fuentes oficiales. Pero todo apunta a que las redadas fuerzan a los sin papeles a jugárselo todo y echarse al mar.

Dos de las personas hospitalizadas presentaban síntomas de ahogamiento y tuvieron que recibir asistencia sanitaria en la playa. Un subsahariano tenía una fractura abierta en la pierna; otro, hipotermia severa; un tercero sufrió un corte en una mano y otro más, un corte en una arteria. Otro fue atendido de una herida en la cabeza. Cinco inmigrantes más presentaban heridas de gravedad en distintas zonas del cuerpo.

La Cruz Roja destacó que casi todas las personas atendidas, al margen de las trasladadas al hospital, presentaban heridas de diferente consideración debido a la aglomeración producida en el vallado.

Según fuentes de la Cruz Roja Española, el dispositivo sanitario de emergencia se activó a las 4.00 horas y estuvo funcionando en la zona hasta las 8.40, debido a la gravedad de algunos inmigrantes. Según un voluntario de la Cruz Roja, se vivieron escenas muy dolorosas. «Había mucha sangre, mucha ropa en las alambradas y gente llorando y otros dando gracias por estar en España».

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti) vuelve a estar muy por encima de su capacidad, cifrada en 512 plazas, al tener en estos momentos a unos 780 inmigrantes, la mayoría procedentes del África subsahariana.