Ni el Gordo calma los ánimos en Roquetas de Mar

La localidad almeriense vive una «situación crítica» tras la muerte de un subsahariano que fue atacado con un arma blanca

El Correo, elcorreo.com, 26-12-2015

El martes todos los telediarios abrieron con la misma imagen: decenas de almerienses gritando de alegría y brindando con champán. El Gordo cayó íntegramente en Roquetas de Mar y la alegría de los vecinos era inmensa. «Mi mujer y yo solo apenas teníamos dinero para comer hoy», contaba ante la cámara un subsahariano visiblemente emocionado. La localidad andaluza aglutina 108 nacionalidades distintas, y decenas de historias de personas que tuvieron que dejar su hogar en busca de un futuro mejor. Quienes tenían un boleto con el 79140, por fin lo han conseguido.

Ese número mágico daba aliento a sus habitantes, duramente castigados por el paro. Aunque en Roquetas de Mar la tasa de desempleo sea del 19%, la media de la provincia asciende hasta el 31%. Sin embargo, no parece que el dinero haya traído la paz a los cerca de 80.000 habitantes de uno de los principales destinos vacacionales de quienes eligen Almería para pasar sus días de descanso. En la tarde de este jueves, apenas dos días después de que los niños de San Ildefonso sacasen la bolita agraciada, el pueblo estaba tomado por agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, en un intento por aplacar la oleada de violencia en la que se ha sumido la zona. En concreto, los momentos de mayor tensión se han vivido en las barriadas roqueteras de las 200 Viviendas, Cortijos de Marín y el Joaquinico debido a la muerte de un hombre de 40 años natural de Guinea Bissau. A. M. recibió durante la pasada madrugada varias cuchilladas mortales en el estómago tras protagonizar una discusión en la calle Valle de Orotava. Poco queda ahora de la alegría que reflejaban las caras de los afortunados con la lluvia de millones.

Ni las 113 series del Gordo vendidas en la localidad templan la situación. El pueblo ha pasado de la celebración y el jolgorio más absolutos a una «situación muy crítica». De descorchar champán a tener contenedores ardiendo en plena calle. Varios testigos han precisado que amigos y compatriotas del fallecido habían agredido a varios agentes antidisturbios. Además, según estas mismas fuentes, lanzaron cócteles molotov a vehículos oficiales de la Benemérita e incluso montaron barricadas en la zona de Cortijos de Marín.

Este tenso escenario ha llevado a la Subdelegación del Gobierno ha aumentar los efectivos de la Guardia Civil. Unos cuarenta agentes tratan, sin demasiado éxito, de calmar los ánimos de los cerca de 300 compatriotas del fallecido. De hecho, han agredido con piedras a los policías que custodian el edificio donde supuestamente viven los agresores, que por el momento no han sido arrestados.

Por su parte, los Bomberos han solicitado protección para llevar a cabo las labores de extinción de los fuegos, que esperan que «pronto sean controlados». Durante las últimas horas, se han recibido diversos avisos de incendios en contenedores y mobiliario urbano en calles como Pórtugos, Odessa o Serranía de Ronda, de forma que todos los efectivos del parque de El Ejido (Almería), a excepción de dos que se encuentran de guardia, han sido movilizados.

Discusión de tráfico

El cuerpo de A. M. apareció a las 3.55 horas de la madrugada en la calle Valle de Orotava. El guineano estaba tumbado en una acera y mostraba evidentes signos de haber sido atacado con un arma blanca. Los primeros altercados se produjeron tras el levantamiento del cadáver, sobre las 6.30 horas. En ese momento, un grupo de familiares comenzó a exigir justicia.

La investigación apunta a que la muerte violenta se pudo producir por una «discusión de tráfico». Al parecer, el fallecido iba circulando con su vehículo por la calle Valle de la Orotava cuando varias personas le impidieron el paso. Estaban celebrando las fiestas y todavía no han sido identificadas. Ante tal situación, A. M. salió del coche y, tras una violenta discusión, recibió dos puñaladas mortales en el abdomen.

Los altercados se incremetaron durante las primeras horas de la mañana de ayer. Hay contenedores en llamas por la localidad y los vecinos permanecen alerta. De hecho, parece ser que un trabajador de la gasolinera ha sufrido heridas leves cuando intentaba evitar que los compatriotas del fallecido cogieran gasolina. Su intención era clara: quemar la vivienda de los presuntos autores de la muerte violenta de A. M. Eso sí, este hecho no ha sido confirmado aún por fuentes oficiales.

No es la primera vez que sucede un hecho de esas características en la zona. Hace ocho años también se registraron disturbios en Roquetas de Mar, en el Barrio de las Doscientas Viviendas, tras la muerte violenta de un senegalés a manos de un vecino de ese barrio.

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