Oficialmente, en los papeles, era otro hijo más. La realidad era muy distinta. El matrimonio formado por Emanuel Edet, de 61 años, y Antan Edet, de 58, han tenido un esclavo en casa desde hace 24 años. La víctima es un nigeriano que hoy tiene 40 años. Lo empezaron a someter cuando tenía 16. Lo trajeron al Reino Unido en 1989 con la promesa de que iría al colegio, recibiría una educación y que se ganaría un sueldo como «chico de la casa».

Un tribunal de Londres ha condenado ahora a la pareja Edet por crueldad infantil, esclavitud y cooperar con inmigración ilegal.

Nunca ha cobrado por el trabajo que llevaba a cabo, incluido el cuidar de los hijso del matrimonio. Le quitaron su pasaporte, le metieron el miedo en cl cuerpo para que no denunciara su situación y la gran bola de nieve no dejó de crecer en más de dos décadas que ha pasado también cocinando, limpiando y haciendo de jardinero. Los Edets llegaron incluso a cambiarle el nombre.

«Emanuel y Antan han robado cruelmente a esta víctima 24 años de su vida», señala la abogada Damaris Lakin. «No solo tenían control psicológico sonre él, también lo tenían sobre su pasaporte y documentos de identidad. Le decían que se abandonaba la casa y contaba lo que sucedía a la Policía sería arrestado como emigrante ilegal y devuelto a Nigeria.

Él los creyó y se sintió atrapado y completamente dependiente de los Edets» que «destruyeron su sueño» manteniéndolo durante todos esos años trabajando durante 17 horas diarias, alimentándose solo y aislado socialmente. Dormía casi siempre en el suelo y no tenía habitación. «Un estremecedor caso de esclavitud moderna».