Cadena de detenciones y redadas

El Mundo, I. HDEZ. VELASCO PABLO R. SUANZES PARÍS BRUSELAS ENVIADA ESPECIAL CORRESPONSAL , 17-11-2015

Más de 160 registros en varios puntos de Francia, 23 personas detenidas, 104 en arresto domiciliario… Después de los atentados de París, por toda Francia se suceden las operaciones policiales destinadas a tratar de identificar a los cómplices de los yihadistas que asesinaron a 129 personas en varios ataques en la capital.

De las 23 personas detenidas por presunta colaboración con terrorismo, tres fueron arrestadas en Toulouse, exactamente en el barrio de La Reyneire. Se trata de la misma barriada en la que vivía Mohamed Merah, el yihadista de 23 años de origen argelino que en marzo de 2012 asesinó a siete personas (cuatro militares y tres niños judíos) disparando desde una moto a sus víctimas con una pistola semiautomática. Y cinco personas fueron detenidas en Lyon, ciudad donde fue localizado un «auténtico arsenal» que incluía un lanzamisiles, un rifle de asalto kalashnikov, varias pistolas automáticas y chalecos antibalas. Además, en la madrugada de ayer hubo registros en el norte de Francia, en localidades fronterizas con Bélgica como Grenoble, Echirolles o Fontaine.

Pero no es sólo Francia: se extienden por toda Europa las redadas en barrios donde se considera que se podrían ocultar simpatizantes del Estado Islámico. En Holanda, por ejemplo, tuvo lugar una operación en la frontera con Bélgica en la que fueron detenidas dos personas. Y en todos los países europeos, en especial aquellos que limitan con Francia, se intensificó la vigilancia. La policía belga volvió a tomar la comuna de Molenbeek, al oeste de la capital, en una operación bajo la lluvia que duró cuatro horas. Al romper las 10 de la mañana, un centenar de efectivos, incluyendo fuerzas de élite, fueron movilizados. Acordonaron la zona, cerraron las salidas y trataron en vano de localizar a Salah Abdeslam, sospechoso de ser uno de los terroristas de París, con una orden de busca y captura internacional. En medio de los rumores, la Fiscalía confirmó que había un detenido, pero que no era Abdeslam.

Durante el fin de semana, hasta siete personas fueron detenidas en la polémica barriada bruselense, vinculada de una manera u otra a todos los grandes atentados en suelo europeo de los últimos años. Ayer, casi de forma simultánea al final de la operación, cinco de ellas fueron puestas en libertad sin cargos.

Entre ellas, Mohamed Abdeslam, hermano del sospechoso, que según su abogada tenía una coartada sólida para demostrar que el fin de semana no estuvo en París. «Somos una familia abierta que nunca ha tenido problemas con la ley. Mis padres están en estado de shock. No habíamos notado nada con mis hermanos. Aún no se sabe lo que realmente ocurrió. No sabemos dónde está Salah. Nadie sabía que Ibrahim estaba en París el viernes».

Dos de los arrestados han pasado a disposición judicial acusados de «participación en un acto terrorista» y están en prisión provisional. Según Sudpresse, uno de ellos sería Mohamed Amri, el dueño del Golf 3 que fue incautado el fin de semana y que según las primeras pesquisas regresó desde París a Bruselas el sábado.

La policía de carreteras efectuó un control cerca de Cambrai a las 09.10 de la mañana, e identificó a Amri junto a Salah Abdeslam y a otra persona. Se les permitió continuar porque no estaban fichados, pero cuando se descubrió que Salah había alquilado uno de los vehículos usados en los atentados y localizados junto a la sala de conciertos de la masacre se movilizó a las fuerzas del orden, que actuaron esa misma tarde. Amri aseguró ante la Policía que no tenía conocimiento de ningún acto terrorista y que sólo había recogido a su amigo cuando se lo pidió.

Y mientras tanto, continúan los esfuerzos por poner nombre a los autores de los atentados de París.

Además de Salah Abdeslam, cinco de los siete yihadistas ya han sido identificados. Se trata de Bilal Hadfi, Omar Ismail Mostefai, Samy Amimour y Ahmad Al Mohammad. Bilal Hadfi, de 20 años y origen belga, era uno de los tres kamikazes que se hicieron explotar en el Estadio de Francia, y que según publicaba ayer el diario L’Équipe podrían haber causado una matanza, ya que tenían entradas para el partido de fútbol que se disputaba entre las selecciones francesa y alemana (al que asistieron 80.000 espectadores) y si no accedieron al interior fue porque no pasaron los controles de seguridad.

Ismail Mostefai tenía 29 años, procedía de un suburbio al sur de París, tenía a las espaldas un largo historial de pequeños delitos (la mayoría, por conducir sin carné y peleas) y en 2013 había viajado a Turquía, desde donde seguramente se trasladó a Siria. Las autoridades turcas le tenían fichado como potencial terrorista y en diciembre de 2014 y en junio de 2015 advirtieron de su peligrosidad a las autoridades francesas. En vano: es uno de los tres yihadistas que mataron a 89 personas en la sala de conciertos Bataclan, y el primero en ser identificado gracias a los restos de un dedo suyo encontrado tras volarse por los aires.

Samy Amimour acababa de cumplir hace apenas un mes 28 años, procedía de otro suburbio de París y trabajaba en la empresa de transportes públicos parisina, pero lo dejó para irse a vivir dos años en Siria, a pesar de los esfuerzos de su padre por salvarle de las garras del yihadismo, que llegó a viajar a Siria para tratar de sacarle de allí. Desde 2013 había una orden de busca y captura internacional contra él por actividades relacionadas con el terrorismo. Fue otro de los asesinos de la sala Bataclan.

El misterio rodea a Ahmad Al Mohammad: nombre que figuraba en el pasaporte sirio que fue encontrado junto al cuerpo desmembrado de uno de los tres kamikazes del Estadio de Francia. Hay serias dudas sobre la autenticidad del pasaporte.

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