“Los dirigentes europeos deben distinguir cuidadosamente entre ambas, y tener claro que lo mejor para la seguridad de Europa no es dar la espalda a una crisis global de refugiados, sino garantizar la entrada ordenada, organizada y humanitaria de personas que huyen de horrores similares” a los sufridos en la capital francesa, ha dicho Dalhusen.
Un grupo de refugiados en la ciudad de Gevgelija, Macedonia. EFE/Georgi Licovski

Un grupo de refugiados en la ciudad de Gevgelija, Macedonia. EFE/Georgi Licovski

La ONG ha publicado este martes el informe “Miedo y Vallas. Los planteamientos de Europa para contener a las personas refugiadas” donde analiza la situación de los refugiados que pretenden entrar en la Unión Europea y las políticas europeas de gestión de la llegada migrantes. La ONG internacional pide a las autoridades europeas que “proporcionen rutas seguras de acceso a la UE de los refugiados”, sin limitarse “a cerrar la puerta al problema esperando que los refugiados se marchen”.

Para la elaboración de este informe, Amnistía Internacional ha hecho diversas entrevistas a autoridades, personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo, organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales, periodistas y abogados.

Amnistía Internacional destaca la importancia que tiene que los refugiados tengan la posibilidad de solicitar el asilo en cualquier país de la Unión Europea, dándoles la oportunidad de mantenerse en el país donde solicitan el asilo, mientras que se examine su solicitud de asilo.
Evitar la violación de los derechos humanos en las fronteras europeas

La construcción de barreras y el endurecimiento de los controles de fronteras, para Amnistía Internacional, “no son la respuesta a los problemas migratorios que afectan a la UE”. La ONG admite que en los lugares en los que se aplican estas soluciones se reducen las entradas, sin embargo reconoce que “no se reduce el flujo real de personas refugiadas y migrantes que entran en la UE, sino que se desplazan, sin más, sus rutas de acceso, normalmente para sustituirlas por otras más peligrosas”.

Además, Amnistía Internacional denuncia que al cerrar las fronteras a las personas migrantes conlleva en la mayoría de casos “numerosas violaciones de derechos humanos, como uso excesivo de la fuerza, malos tratos y negación de acceso a los procedimientos de asilo”.

Amnistía Internacional propone que “los controles en las fronteras. se lleven a cabo acorde al sistema internacional de derechos humanos y de protección de los refugiados”. Esto implicaría la no admisión de reenvíos forzados y las devoluciones irregulares en caliente, ni tampoco los tratos inhumanos en la frontera externa de la UE.

Para John Dalhuisen, las autoridades europeas y mundiales deben “distinguir entre la amenaza del terrorismo”, que viene de largo, y “el aumento del número de personas refugiadas y solicitantes de asilo en sus fronteras”, ya que no cosas muy distintas, que no deben ser vinculadas.