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“Por horrores como los de París son por lo que los refugiados huyen de sus países”

Diario de noticias de Alava, Javier Núñez, 15-11-2015

bilbao – El Ararteko aborda cuestiones candentes como la llegada a Euskadi de refugiados políticos, las muertes por violencia de género o el problema no resuelto de los alardes mixtos de Hondarribia e Irun.

París ha sufrido el terror del ataque indiscriminado sobre la sociedad.

- Lo primero es transmitir mi solidaridad con todas las víctimas y todos los que han sufrido esta barbarie.

Han llegado a Euskadi tres refugiados políticos eritreos. ¿Somos un país de acogida?

- El que huye de la persecución tiene derecho al asilo y estamos obligados a ello. Otra cosa es cómo se hace y creo que los vascos sabemos ser generosos y las instituciones vascas sabrán qué es lo que necesita esta gente. En este sentido soy optimista.

¿Hechos como los de la capital gala pueden suscitar más rechazo hacia los refugiados?

- Por horrores como los de París es por lo que los refugiados huyen de sus países. Quizá haya un poco más de prevención con quienes llegan refugiados, pero espero que no sea así y tengamos en cuenta su sufrimiento.

El hecho de que todo indica que comenzamos a salir de la crisis ayuda a ser solidarios. Se ha oído muchas veces ‘a los de fuera todo y para los de casa nada’.

- Son frases mezquinas que en algunos lugares están desembocando en movimientos cercanos al fascismo. Ese riesgo no lo veo aquí. Muchas veces se ha logrado atenuar la dureza de la crisis gracias a la solidaridad de la sociedad vasca. No digo que alguna vez se ha oído eso, pero somos solidarios. Hay estudios que dicen que entre lo que aportan y lo que cuestan los inmigrantes, ya no hablamos de refugiados políticos, sino gente que huye de la miseria, el saldo es positivo. Es gente joven que gasta poco en sanidad, contribuyen a la Seguridad Social y con ganas de trabajar.

El pasado domingo hubo una manifestación en Madrid en contra de la violencia machista y al día siguiente se produjeron tres víctimas más. ¿Es inasumible este goteo de muertes por violencia machista?

- Una víctima ya es demasiado. En Euskadi, y creo que en el conjunto del Estado, no se ha sido particularmente lentos a la hora de adoptar medidas. Hay que buscar soluciones de urgencia a quien está en situación de riesgo. El problema es más de fondo, de valores. Vivimos en una sociedad que no tiene totalmente integrado el valor de igualdad entre hombre y mujer. Está claro que la familia es básica para transmitir estos valores. Si en casa se ve maltrato o desprecio a la madre, se transmiten valores negativos. La cuestión es que hay un tanto por ciento de la sociedad que se cree que tiene derecho a menospreciar a las mujeres. El desarrollo de la enseñanza de la igualdad es indispensable. No se puede permanecer impasible ante el ataque a una mujer.

Hablando de igualdad, ¿cuándo se dejarán de ver plásticos negros en los alardes de Irun y Hondarribia?

- Cuando me marché hace treinta años ya estaba este problema, vuelvo ahora y sigue igual. Me parece increíble. Las tradiciones por ser tradiciones no tienen por qué ser buenas, son buenas o malas.

¿Qué puede hacer el Ararteko?

- Conozco a Carlos Santano, alcalde de Irun, no así al de Hondarribia. Voy a verlos a ambos. La actitud del Ararteko es clara y a Iñigo [Lamarca] le tocó su ración de insultos y vilipendios. Se llevó lo suyo por defender el alarde mixto e imagino que a mí me tocará lo mismo. ¿Cómo es posible que el alarde mixto no reciba apoyo institucional? ¿Cómo es posible que a quien recibe el alcalde sea al tradicional? Y tengo que decir, además, que a mí también me sorprende que sean las propias mujeres, jóvenes en muchos casos, quienes se muestran en contra del alarde mixto.

¿Espera que cuando deje el cargo se haya logrado la igualdad?

- Lo más probable es que me lleve un par de sopapos cuando vaya. Iñigo fue, pasó momentos difíciles y le echó valor. El Ararteko intentará que los poderes públicos hagan su trabajo en base al derecho a la igualdad que está recogido internacionalmente desde 1950. El Ararteko tiene que insistir para convencer a esas autoridades para que hagan lo necesario para que se disfrute del derecho a la igualdad. Que pongan toldos negros o morados, me parece mal, cavernícola y un atraso, pero es algo privado. Pero cuando es público, la obligación de las autoridades es apoyar la igualdad.

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