El Ayuntamiento de Bilbao pide que se «clarifique» la atención a los refugiados

Acción Social cree que el baile de cifras y la falta de información de primera mano dificulta «un trabajo integral e integrador» con quienes huyen de la guerra

El Correo, teresa abajo, 11-11-2015

«No sé en qué momento estamos. Lo que sé es que viene el frío, y el frío no va a esperar». El concejal de Acción Social de Bilbao, Iñigo Pombo, expresó ayer su preocupación ante la lentitud y complejidad del proceso para dar respuesta a la crisis humanitaria de los refugiados. Los tres primeros, procedentes de Eritrea, están en la capital vizcaína desde el lunes, pero persisten dudas sobre el alcance de las necesidades y los protocolos de atención. El Ayuntamiento cree que hay que «clarificar» los procedimientos para realizar «un trabajo integral e integrador» con las personas que huyen de la guerra. Ya ha pedido una reunión con el Gobierno vasco para trasladarle el problema.

Así lo anunció ayer Pombo en una comparecencia solicitada por UdalBerri. No se trataba de informar sobre la situación de estos tres hombres, atendidos por la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) con la máxima discreción, sino de las perspectivas de un proceso que no ha hecho más que empezar. El edil reapasó la «multitud de noticias no confirmadas. Hoy iban a venir 14.500 personas a España, luego se desmentía. Iban a venir en octubre y a 10 de noviembre llegan doce personas del campo de refugiados de Lampedusa», tres a Bilbao. El baile de cifras puede «enfriar las mareas sociales de solidaridad», advirtió.

El Ayuntamiento ha habilitado una partida de 200.000 euros para atender a los refugiados y desconoce si se ha quedado corto o no llegará a gastar todo el dinero. Tampoco sabe a qué ritmo se ocuparán el centenar de plazas disponibles, en seis pisos municipales de dos y tres habitaciones en diferentes barrios, viviendas comunitarias y otros alojamientos, «nunca masificados». De las viviendas municipales, que se ofrecen «semiequipadas», ya se han cedido tres. Una a Cruz Roja a principios de octubre, «todavía sin ocupar», y dos a CEAR. El contrato se firmó el 3 de noviembre «para equiparlas a la mayor brevedad y dar de alta los suministros».

LAS CLAVES

Dudas de procedimiento«¿Quién acompaña a la persona a por su tarjeta sanitaria o a la oficina del padrón?»

Reacción«No nos vamos a conformar y hemos solicitado ya una reunión con el Gobierno vasco»

Mujeres y niños

El problema, en su opinión, es que las instituciones vascas no controlan el proceso desde el principio. El Gobierno central se pone en contacto con las ONG CEAR y Cruz Roja «y nosotros nos enteramos en segunda instancia» a través del Ejecutivo vasco. Una cadena que, según dijo, dificulta una atención «integral» y plantea dudas muy concretas a pie de calle. «¿Quién acompaña a la persona en cuestión a Osakidetza para sacarse la tarjeta sanitaria? ¿O a la oficina de empadronamiento?», enumeró. Lo habitual es que se encarguen las propias ONG, pero en Euskadi se ha acordado que enviarán una ficha resumen de cada caso a los servicios sociales de base.

«Estaremos muy encima ante situaciones de desprotección de menores u otras dificultades», dijo. En cualquier caso, «lo más importante son los papeles, porque ser refugiado da derechos, y eso no está en nuestra mano», reconoció. Las ONG marcan el itinerario «y los seis primeros meses de estancia de una persona son responsabilidad del Estado», pero el Ayuntamiento debe estar alerta para que la situación no le coja «desprevenido».

La portavoz de UdalBerri, Carmen Muñoz, preguntó con qué criterio se decide la acogida y si se tiene en cuenta la especial vulnerabilidad de mujeres y niños . «Yo tampoco entiendo los criterios», contestó Pombo. «Quiero pensar que alguien está manejando criterios». Aludió a «las imágenes que vemos en televisión» y a la próxima llegada del invierno y lamentó que el proceso burocrático, «muy garantista», sea «demasiado lento. A día de hoy, lo único que parece cierto es que han venido tres personas de Lampedusa que han sido atribuidas a CEAR. Es todo lo que sabemos, pero no nos vamos a conformar y hemos solicitado ya una reunión con el Gobierno vasco», concluyó. La socialista Inés Ibáñez de Maeztu destacó que CEAR es «garantía de buen hacer».

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