POLÉMICA EN ALEMANIA

El ministro de Interior alemán huye a Mallorca de la crisis de los refugiados

Thomas de Maiziére se ha alojado en el hotel Sa Pedrissa de Deia, una antigua finca del siglo XVII reconvertida en casa rural de lujo de habitaciones a 240 euros por noche

ABC, ROSALÍA SÁNCHEZ, 03-11-2015

Cualquier alemán desearía escaparse una semanita a Mallorca, ahora que en Berlín anochece a las 16:35 horas y se empiezan a sentir los rigores del invierno. Pero que se escape el ministro de Interior, en plena crisis de los refugiados, está muy feo. Así se lo reprocha la prensa alemana al ministro Thomas de Maiziére, que la semana pasada, en medio de lo que él mismo ha descrito como una «crisis histórica», ha disfrutado de unas vacaciones de otoño en la playa, concretamente en el hotel Sa Pedrissa de Deia, una antigua finca del siglo XVII reconvertida en casa rural de lujo de habitaciones a 240 euros por noche.

A Alemania siguen llegando a diario entre 7.000 y 10.000 solicitantes de asilo. Los equipos burocráticos, administrativos y el servicio diplomático no descansan. Tanto el personal que se encarga de tramitar las solicitudes como los voluntarios que se ocupan de las necesidades más básicas de los recién llegados llevan meses haciendo horas extra. Por no hablar de la policía y las fuerzas de seguridad, que han visto aumentar irremediablemente la amenaza terrorista. Este es el paisaje que de Maiziére dejó atrás para ir a Mallorca. «El hecho de que en la política los gestos son tan importantes como los actos parece carecer de importancia para el ministro», ha protestado el semanario Focus.

El encargado de destapar el relax de de Maiziére ha sido el popular diario «Bild», y lo ha hecho con todo lujo de detalles. Así sabemos, por ejemplo, que el domingo, a las 9:00 horas, mientras comenzaba en Berlín la primera y complicada ronda de negociaciones entre los socios de la gran coalición, el ministro encargaba un desayuno consistente en una ensalada de frutas con yogurt, un plato de jamón ibérico, un zumo de naranja y un capucccino. Llevaba en Mallorca desde el lunes, tomó un vuelo para asistir al consejo de ministros del miércoles y regresó a las pocas horas para seguir descansando con su mujer, la única, por cierto, que ha salido en defensa de su marido: «La crisis de los refugiados lleva meses en su momento más crítico, pueden preguntarme a mí en qué situación se encuentra mi marido y lo necesario que es que se tome un par de días de relax».

«Que el ministro de Interior interrumpa sus vacaciones en Mallorca para exigir a miles de refugiados afganos bronceados como en Mallorca que se queden en su país de talibanes en lugar de venir a Alemania es de un especial mal gusto», ha escrito el comentarista político Béla Anda.

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