Hungría equipara su valla contra los refugiados con las de Ceuta y Melilla en España

El Diario, , 15-09-2015

La embajadora húngara en Madrid, Eniko Gyori, comparó este martes la valla que ha instalado su gobiierno en la frontera con Serbia con la que tiene España con Marruecos en Ceuta y Melilla. “Hablar de valla en España se entiende bastante bien y no hay que explicarlo”, dijo la embajadora en un desayuno informativo.

Gyori justificó las decisiones adoptadas por su país,  denunciado en los últimos días por prestar un trato inhumano a los refugiados que pasaban por su territorio con destino a Autria y Alemania. Con el argumento de afrontar el gran flujo de refugiados procedentes de Oriente Medio, explicó el cierre de una valla en la frontera con Serbia y reformas para imponer castigos más duros para quienes la crucen ilegalmente.

“España lo hizo no porque le gustaran las vallas, y Hungría lo hace no porque le gusten. Nadie hubiera pensado hace unos meses que tendríamos una valla en nuestra frontera con Serbia de 175 kilómetros”, afirmó.

“Pero si una frontera resulta atacada por miles de personas que intentan entrar ilegalmente, qué otra cosa podemos hacer”, se preguntó.

También criticó lo que considera la política de doble rasero de algunos países europeos y se refirió a Francia: “Nos critican por nuestra valla cuando Francia tiene en Calais una valla mucho más grande”; o también “cuando se admite que Baviera (estado federado alemán) no puede más, pero en cambio a nosotros no se nos admite”.

Según la embajadora, la intención del Gobierno húngaro “no es cerrar la frontera con Serbia”, sino gestionar “los flujos de migración hacia los puntos fronterizos”. “Los inmigrantes no pueden entrar por cualquier parte de la frontera –advirtió la embajadora. Ningún país dejaría que en su territorio se pudiera entrar por cualquier parte”.

Enyko Giory resaltó que “la prioridad de cualquier estado es la protección y control de sus fronteras exteriores. Un estado sin fronteras exteriores no existe y el territorio determina la soberanía”.

Aparte de cerrar la valla de la frontera con Serbia, en Hungría entran en vigor hoy una serie de medidas que endurecen las penas (de hasta entre tres y cinco años), según la embajadora, contra los traficantes de seres humanos y contra todos aquellos que intenten cruzar la frontera ilegalmente, entre los que se encuentran miles de refugiados, personas que huyen de la guerra y otros horrores en busca de protección.

Según la embajadora, todas las medidas, que incluyen la posibilidad de que el gobierno decrete el estado de emergencia (como ha ocurrido en algunas regiones del país), son acordes con los tratados internacionales y con el convenio Schengen sobre gestión de fronteras exteriores de la UE y libre circulación.

Según el Gobierno húngaro, en ese país han entrado hasta el día de ayer (14 de septiembre) 191.702 inmigrantes, de los cuales 170.578 han solicitado asilo. “El Gobierno cree que en el día de hoy se superarán los 200.000 inmigrantes”.

La embajadora húngara dijo que su país –uno de los que ha dificultado el reparto de refugiados en la UE este lunes– no está en contra de la política de cuotas, pero que antes “hay que ordenar las cosas en la frontera exterior, establecer unas políticas de retorno eficaces, establecer un sistema único de países seguros y de tránsito, y dotar con una financiación adecuada la política migratoria” europea.

Después de la crisis, según la embajadora, “hay que iniciar un debate de qué Europa queremos”, un “gran debate sobre cultura y civilización”.

“Lo que pasa ahora y las decisiones políticas actuales sí que tienen influencia en lo que pasará mañana y dentro de 20 años. No debemos tener miedo. Hay que salir del discurso políticamente correcto”, dijo.

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