Los países del Este bloquean el plan de la UE sobre la acogida de refugiados

Los 28 retrasan a octubre la decisión, mientras Europa se prepara para endurecer los controles fronterizos

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 15-09-2015

Alemania seguía siendo anoche, según la Comisión Europea, el único Estado miembro en reintroducir oficialmente los controles fronterizos, en respuesta a la llegada masiva de refugiados, pero son muchos los países de la UE que se preparan ya para adoptar las mismas medidas o que simplemente han decidido reforzar la vigilancia y los controles policiales. “Vamos a proceder como Alemania. En el marco del código Schengen – el espacio de libre circulación – se permiten controles fronterizos temporales y esos son los que vamos a introducir directamente en la frontera”, anunció ayer la titular de Interior austríaca, Johanna Mikl – Leitner, a su llegada al consejo de ministros extraordinario celebrado en Bruselas, que concluyó sin acuerdo para reubicar a 120.000 demandantes de asilo, principalmente por la postura contraria de Hungría, Eslovaquia, República Checa, Polonia, Rumanía y Letonia.

Desde la reforma del código en el año 2013 son siete las ocasiones en las que se han reinstaurado los controles fronterizos dentro del espacio Schengen, uno de los grandes logros junto con el euro de la integración europea. En la mayoría de las ocasiones debido a acontecimientos ya previstos, como competiciones deportivas o reuniones del G7, pero es la primera vez que se anuncian debido a un flujo migratorio excepcional. Un argumentó que la Comisión Europea calificó ayer de “justificado” y “proporcionado” y que permitirá a Berlín mantenerlos durante al menos diez días prorrogables hasta dos meses.

Alemania y Austria, los dos países a donde se dirigen los refugiados que abandonan Hungría, no son los únicos que han decidido adoptar esta medida tras el fuerte incremento de los flujos de refugiados registrado a raíz de que Berlín anunciara la apertura de sus fronteras a todos los refugiados sirios. Lo mismo piensan hacen Eslovaquia, República Checa y hasta Holanda y no lo descartan ni Polonia ni Bélgica. “La República Checa reforzará las medidas en su frontera con Austria. Decidiremos después en función del número de refugiados que se dirijan hacia la República checa”, anunciaba su ministro de interior en la televisión pública. “En Holanda podría aumentar la presión, que ya es alta. No haremos lo mismo que Alemania pero sí hemos decidido aumentar las patrullas en las fronteras para desincentivar a los traficantes lo más rápido posible”, explicó ayer su ministro de interior, Klaas Dijhoff.

sin acuerdo Anuncios el mismo día en que se reunía con carácter extraordinario el Consejo de ministros de Interior de la UE en Bruselas para tratar de cerrar un acuerdo político sobre la última propuesta de la Comisión Europea para reubicar a 120.000 refugiados de Grecia, Italia y Hungría. La cita, que se prolongó durante casi siete horas, concluyó de nuevo en un rotundo fracaso ante la incapacidad de los gobiernos europeos de pactar una declaración común comprometiéndose a acoger a esas personas. “En ocasiones conseguimos conclusiones del consejo y otras conclusiones de la presidencia. En este caso son conclusiones de la presidencia”, explicó anoche el ministro de Interior luxemburgués y presidente de turno del Consejo, Jean Asselborn, sobre el porqué no hubo un texto conjunto. “Algunos países cuestionan que esos 120.000 se puedan establecer obligatoriamente”, admitió anoche el ministro español, Jorge Fernández Díaz, sobre el porqué del nuevo patinazo.

Entre los países díscolos que siguen negándose a aceptar a refugiados de forma obligatoria, tal y como propuso la semana pasada la Comisión Europa y exigen Francia y Alemania, los países que forman parte del grupo de Visegrado – Hungría, Eslovaquia, República Checa y Polonia aunque este último con una posición más suavizada – así como Rumanía o Letonia. El principal problema es la obligatoriedad del sistema de cuotas pero no es el único elemento que tendrán que resolver los 28 gobiernos de aquí al próximo consejo de ministros de interior. “Las cuotas no son la solución. No es solo la distribución. Lo primero debe ser cómo detener esto y cómo ayudar a la gente que está en los campamentos de Jordania, de Líbano y de Turquía”, advirtió ayer el ministro eslovaco Robert Kalinak. “La semana pasada quedó claro que las cuotas no funcionan. 40.000 personas cruzaron la frontera con Austria y solo pidieron asilo 700”, advirtió. También suscita problemas la propuesta de Bruselas de incluir a Turquía en la lista de países considerados seguros e incluso Italia quiere más garantías de que habrá una política de repatriaciones fuerte antes de aceptar la creación de los denominados hotspots o centros de registro de inmigrantes.

El resultado, pese al esfuerzo diplomático protagonizado durante todo el fin de semana por Jean – Claude Juncker y la presidencia luxemburguesa, es que los ministros tendrán que volver a intentar demostrar si existe o no solidaridad en el próximo consejo de interior previsto para el 8 de octubre en Luxemburgo. “La situación es dramática y no tenemos tiempo que perder. Un problema común exige una respuesta común. Estamos dispuestos a aprovechar todo el tiempo que tenemos para avanzar en la buena dirección”, prometió anoche Asselborn urgiendo a los gobiernos a remar todos en la misma dirección.

La ONU

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