Los refugiados se quedan atrapados en un «limbo legal» entre Hungría y Serbia

Gara, Naiz, 15-09-2015

La crisis migratoria ha elevado la tensión entre Budapest y Belgrado, ya que el ministro de Exteriores serbio, Ivica Dacic, ha considerado «inaceptable» la intención de Hungría de devolver a Serbia a los refugiados que no reciban asilo en territorio húngaro.

Centenares de refugiados se encuentran atrapados por tiempo indefinido en una franja de territorio entre los puestos de control de fronteras de ambos países en Horgos, cerca de Röszke.El acceso a la prensa está vetado desde el lado húngaro, pero no desde el serbio. Los refugiados deben pedir asilo en unas oficinas habilitadas en unos contenedores situados en esa tierra de nadie que el gobierno de Budapest denomina «zona de tránsito» y que no está oficialmente en territorio húngaro.Hungría ha introducido desde hoy un procedimiento acelerado para dirimir los casos de asilo en pocos días y que permite el acceso al país sólo a aquellos que lo reciban, y la devolución a Serbia de quienes no logren ese estatus jurídico.Belgrado ha advertido de que no permitirá que Hungría devuelva a los refugiados a su territorio, y si los refugiados no pueden entrar tampoco en Hungría quedarían varados en un «limbo legal», ha advertido la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).Por otra parte, la Policía húngara ha practicado las primeras detenciones de refugiados en aplicación de la dura ley migratoria que entró en vigor la pasada medianoche.Gyorgy Bakondi, el asesor de Seguridad Nacional del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha declarado que la policía ha detenido a 45 personas que trataron de cruzar la frontera.Los detenidos afrontan tres años de cárcel por entrar de forma ilegal, y algunos de ellos cinco años por el agravante de dañar la valla de 175 kilómetros que ha levantado Hungría en su frontera meridional con Serbia.Ante la posibilidad de que los refugiados traten de entrar en Hungría a través de Rumanía, sorteando así la valla, el Ejecutivo húngaro ha anunciado que extenderá la alambrada en la frontera rumana hasta una distancia «razonable».En lo que va de año la Policía húngara ha contabilizado la entrada en el país centroeuropeo de más de 200.000 personas procedentes en su mayoría de Siria, Irak y Afganistán.

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