Solidaridad ordenada

Diario Sur, , 15-09-2015

La Unión Europea es un espacio de libertad, justicia y seguridad. Esta es la versión oficial que define el espacio europeo al que habría que añadir el de la dignidad de los seres humanos. De todos y no solo de los nativos europeos. No hay duda de que hay que cumplir con estas señas de identidad que se sustentan en principios y valores que las complementan y que tienen en la solidaridad un elemento esencial, que no siempre se cumple. Y no hay que irse a situaciones de extrema gravedad como la que estamos viviendo con miles de refugiados huyendo de la muerte por el este y el centro de Europa. Podemos recordar las negociaciones a cara de perro en los distintos sectores, por ejemplo, la que se registra estos días con las cuotas lácteas.

Sin embargo, la solidaridad debe ser ordenada para que tenga éxito y no se convierta en un caos con efectos peores que los que se pretenden evitar. Hay cuestiones clave a tener en cuenta. Hay que ayudar y acoger a miles de personas que lo necesitan. Para ello hay que destinar toda una serie de servicios básicos en las mejores condiciones posibles: desde el alojamiento en condiciones dignas e higiénicas, la manutención, la sanidad, el trabajo o los traductores. Hay que solucionar el origen del problema porque estos miles de personas deben regresar a sus lugares de origen y tener la oportunidad de reconstruir sus vidas y sus hogares.

No podemos pensar que el dictador sirio o los terroristas van a quedarse con el territorio y el poder con buena parte de su población fuera. Es una especie de limpieza étnica que consolidaría la violencia más brutal como medio de hacerse con el control político, económico y social de uno, dos o los países que fueren. No se debe olvidar el objetivo principal: acoger a estos seres humanos para que más pronto que tarde puedan recuperar sus vidas en sus pueblos nativos. Hay que explicar bien las cuotas, los costes y ser capaces de crear una buena política europea sobre refugiados e inmigrantes porque la xenofobia y los guetos serían una enfermedad más grave.

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