Hungría aplaude que Alemania restablezca el control fronterizo de refugiados

La Vanguardia, , 14-09-2015

Luis Lidón

Röszke (Hungría), 13 sep (EFE).- El Gobierno húngaro aplaudió hoy la decisión de Alemania de restablecer el control de sus fronteras, al tiempo que el Ejército ha comenzado a patrullar su límite meridional con Serbia ante la llegada récord de refugiados procedentes de zonas de conflicto de Oriente Medio.

El primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán, calificó la medida alemana de “necesaria” para proteger los “valores europeos” ante la llegada de refugiados de países como Siria, Irak y Afganistán.

“Tenemos una gran comprensión ante la decisión de Alemania y expresamos nuestra plena solidaridad con ella”, declara Orbán en el adelanto de una entrevista al diario alemán “Bild” que se publicará íntegra mañana.

“Entendemos que esta decisión es necesaria para defender los valores de Alemania y Europa”, agrega el político nacionalista, conocido por su política de mano dura frente a los refugiados, a los que califica de “inmigrantes económicos”.

La decisión de Alemania de restablecer los controles fronterizos de manera temporal se produce después de que decenas de miles de refugiados llegaran al país tras cruzar los Balcanes en las dos últimas semanas.

En Hungría ayer se registró la mayor entrada de personas en un sólo día, 4.330 según la Policía, mientras que fuentes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) explicaron a Efe que contabilizaron la llegada de unas 11.000 durante el sábado.

“Los voluntarios de ACNUR contabilizaron ayer desde las 06.00 de la mañana (04.00 GMT) hasta la medianoche (22.00 GMT) a más de 11.000 refugiados que entraron en Hungría solo por este punto”, explicó a Efe Ernö Simon, portavoz de la oficina regional de esa agencia.

La mayoría de los refugiados entra en Hungría por un hueco aún sin vallar en la frontera por el que pasa una vía férrea, en el que se han levantado ya varios postes que auguran un pronto cierre.

Los refugiados son conscientes de que, a partir del próximo martes, entran en vigor leyes que castigan con penas de cárcel cruzar la frontera de forma ilegal y han acelerado el paso para llegar antes de la aplicación de la normativa.

Muchos refugiados entraron hoy preocupados por la situación y preguntando a los periodistas si tendrían problemas con la Policía y el Ejército, cuyos soldados patrullan a pie la frontera con perros y armas automáticas.

“No vamos a tener problemas en Hungría, ¿verdad?. Hemos entrado a tiempo”, preguntaba con nerviosismo Mohamed, un joven diplomado en ingeniería mecánica de Alepo que sueña con ir a Alemania porque ha leído que necesitan a titulados de su especialidad.

“Un grupo de amigos vienen varios días detrás, espero que lo consigan”, agregó, y preguntó antes de seguir su camino: “¿Es cierto que va a meter a la gente en la cárcel?”.

Orbán avanzó el pasado viernes que a partir del próximo martes, cuando entre en vigor la nueva normativa, se encarcelará a todo el que entre en el país sin los documentos en regla.

El Ministerio de Defensa justificó que este fin de semana hubiera 4.300 soldados en la frontera porque es el Ejército el encargado de construir la valla anti-refugiados que se está terminando de erigir.

Sin embargo, muchos militares no participaban en labores de construcción, sino de vigilancia, para la que todavía no se ha aprobado la legislación necesaria.

El próximo martes hay una reunión del Consejo de Ministros en el que se debatirá declarar el estado de emergencia por la “inmigración masiva”, lo que permitiría el despliegue del Ejército.

Algunos refugiados, tras llegar agotados a la frontera, lanzaban miradas de recelo a los uniformados.

“Mucha gente nos ha contado que ha sentido algo de miedo al verlos, la verdad es que su presencia impone”, señaló a Efe Fatima Maarouf, un austríaca de 26 años que, como voluntaria, repartía bebidas y galletas entre los recién llegados.

Hungría se ha convertido en uno de los países más afectados por la actual crisis migratoria, con decenas de miles de refugiados que pasan de Grecia a Macedonia y Serbia antes de alcanzar la frontera magiar.

Pese a que la inmensa mayoría quieren viajar a Europa Occidental atravesando la vecina Austria, las autoridades húngaras tratan de trasladar a los recién llegados a campos de refugiados para identificarlos.

Muchos de ellos intentan evitar que les tomen las huellas dactilares porque sus posibilidades de recibir asilo en otro país se reducen, mientras que Hungría asegura que se limita a aplicar la normativa europea al respecto.

Esta situación ha generado momentos de tensión, con cientos de refugiados rompiendo los cordones policiales para escapar de los campos criticados por Amnistía Internacional o con cientos de ellos que deciden tratar de llegar andando a Austria.

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