Bruselas pedirá a los países de la UE que reubiquen a 160.000 refugiados

Merkel critica al dirigente húngaro y niega que la crisis sea «un problema alemán»

La Voz de Galicia, CRISTINA PORTEIROBruselas / Corresponsal,, 04-09-2015

A Bruselas no llega el mar. En el corazón de la Unión Europea la plácida diplomacia y la verba burocrática apagan los gritos de terror que ensordecen todos los días el Mediterráneo oriental. Se cuentan por millares las personas que han muerto en sus aguas en estos ocho meses del 2015. Ocho largos meses sin una solución europea a la peor crisis migratoria que vive el continente desde la Segunda Guerra Mundial.

Y he aquí que la UE se estremece de un día para otro con la imagen de Aylan Kurdin, el pequeño sirio cuyo cuerpo sin vida apareció tendido en una playa turca. Su instantánea prendió la mecha de la indignación pública y los líderes han tenido que salir al paso. El primero en reaccionar fue el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Su equipo trabaja en una nueva propuesta para obligar a los países miembro a acoger y reubicar, basándose en cuotas vinculantes, a 160.000 refugiados que hoy recalan en Grecia, Italia y Hungría. Cuatro veces más de lo sugerido el pasado mayo: «Los 40.000 solo eran un punto de partida», justificó ayer la portavoz comunitaria, Natasha Bertaud. El sistema de reparto se volvería a activar de forma automática cuando la presión migratoria desbordase a un país de la Unión. Está por ver si los Estados admiten la iniciativa o la vuelven a descafeinar. El presidente del Consejo, Donald Tusk, rebajó ayer la cifra a 100.000 en total.

Reacción a la imagen
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Los últimos acontecimientos y la presión ciudadana parecen haber vencido la férrea negativa de algunos líderes a admitir refugiados en su territorio: «Cumpliremos con nuestras obligaciones morales», aseguró ayer el primer ministro británico, David Cameron. El líder italiano, Matteo Renzi, pidió hechos: «Europa no debe solo conmoverse». Desde Portugal, el Gobierno de Passos Coelho se mostró dispuesto a aumentar el cupo y España dio visos de ceder tras meses boicoteando el sistema de cuotas obligatorias: «Deben llegar al final del proceso. Mi preocupación es una política integral y global», matizó ayer el ministro de Exteriores, García Margallo. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, anunció que propondrán en la Eurocámara la derogación del protocolo de Dublín y sugerirán que embajadas y consulados puedan gestionar las peticiones en los países de origen para evitar que se pongan más vidas en peligro.

Francia y Alemania, por su parte, acudirán a la reunión de ministros del Interior del 14 de septiembre con una «iniciativa común» para organizar la acogida y el reparto «justo» de refugiados y para armonizar las normas del sistema europeo de asilo.

Libre de musulmanes
El único corazón que no se ha estremecido en la UE es el del primer ministro húngaro, Víktor Orbán. Durante su encuentro de ayer con los jefes de las instituciones europeas en Bruselas no tuvo reparos en echar mano de sus habituales recursos populistas y xenófobos para volver a rechazar la acogida de refugiados: «Todos los países tienen derecho a tener un gran número de musulmanes si quieren. Nosotros no queremos y creo que tenemos derecho a decidir», apuntó sin inmutarse.

«Por favor, no vengan. ¿Por qué tienen que venir de Turquía a Europa? Turquía es un país seguro. Quédense allí. No podemos garantizar que sean aceptados», exclamó en presencia del presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, antes de asegurar que la crisis migratoria «no es un problema europeo, es un problema de Alemania». Angela Merkel no tardó en responder a la vergonzosa intervención de Orban: «Alemania hace lo que es requerido moral y legalmente. Ni más ni menos», y criticó el trato húngaro a los simpapeles.

Hungría está en el punto de mira de Bruselas por violar de forma sistemática los derechos de los refugiados. El propio Tusk tuvo que recordar al líder magiar que a un cristiano como él «no debe importarle la raza, la religión o la nacionalidad de una persona que necesita protección».

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