Editorial

Editorial Por una solución europea y solidaria

Europa tiene la obligación ética y democrática de instaurar una política común para ofrecer asilo y acogida a los refugiados e inmigrantes bajo los principios que inspiraron el ideal de la Unión

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 28-08-2015

la reunión al más alto nivel que representantes de la Unión Europea y de varios estados balcánicos celebraron ayer para abordar el problema de la llegada de refugiados e inmigrantes a nuestro continente finalizó sin ningún tipo de acercamiento. No es de extrañar, pues no parece factible que sin que exista un acuerdo previo entre los estados miembros de la Unión estos puedan ofrecer soluciones a terceros. La llegada masiva de personas procedentes del este europeo, de África y de Oriente Medio, algunas huyendo de situaciones de guerra o vulneración de derechos humanos, otras de la inseguridad y otras de la pobreza con el objetivo de encontrar un lugar donde rehacer sus vidas en el seno de un espacio democrático y próspero como es la sociedad comunitaria europea, se ha convertido en un enorme problema legal y humanitario para nuestros países e instituciones. Es este un asunto que genera controversia en nuestros sistemas políticos y ha provocado la aparición de movimientos xenófobos, y el temor político a estas expresiones ha provocado que nuestros gobernantes respondan de la peor manera posible: movilizándose para reforzar la soberanía de los estados en detrimento de la unión política de Europa. Pero el tema de la inmigración es un asunto que requiere una respuesta integral, solo posible desde una actitud de cooperación y corresponsabilidad. El problema ha adquirido tintes vergonzosos pues mientras las instituciones políticas debaten el drama humano no cesa. Urge tomar decisiones. Y no es de recibo que la única respuesta sea el cierre de fronteras o la creación de otras nuevas en el interior, obviando lo que las instituciones humanitarias han considerado como la mayor crisis que nuestra sociedad ha conocido desde la Segunda Guerra Mundial. Es preciso que nuestros gobernantes asuman su responsabilidad y se pongan de acuerdo en la forma de abordar una respuesta común al problema. Hay miles de personas que han muerto en nuestras costas y otras decenas de miles que han huido del terror y no pueden ser devueltas ni a sus países de origen ni a terceros estados. Europa debe instaurar una política común para ofrecer asilo y acogida a los que llegan, y hacerlo de acuerdo a los principios que inspiraron el ideal comunitario que no son otros que la democracia, la humanidad y la solidaridad.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)