Prácticamente hasta el final ha apurado el tiempo Sergio Morate –el presunto asesino de las jóvenes de Cuenca Laura del Hoyo y Marina Okarynska–, para decidirse a recurrir la decisión del juez de extraditarlo a España.

Desde que el pasado lunes la corte de apelación de Timisoara, la ciudad romana en la que Morate se encuentra en estos momentos en prisión preventiva, aceptara extraditarle a nuestro país, Morate disponía de cinco días para recurrir el fallo.

De esta forma, y según comunicaba ayer su abogada de oficio Claudia Cândea tras reunirse con Morate en su celda, «presentaremos mañana el recurso de su entrega a España ante la Corte de Apelación de Timisoara». Al hacerlo, según informó Cândea, ella dejará de ser la representante de Morate ante la justicia rumana, y el sospechoso pasará a tener un nuevo abogado de oficio designado en la capital rumana.

Tras dos semanas bajo prisión preventiva, el principal sospechoso del doble crimen conquense no se decidía sobre qué decisión tomar. Según había informado su abogada a EL MUNDO hace unos días, no tenía claro si recurrir su extradición o no. Tal y como explicó su abogada, Morate «tiene miedo de regresar a España porque el suyo es un caso muy mediático y cree que no será un proceso justo porque todo el mundo ya le considera culpable». En palabras de Cândea, a Morate le preocupa «cómo se le va a juzgar en España», si el proceso lo llevaría un juez o un jurado popular o «cómo será tratado» una vez llegue a nuestro país. Dudas que su abogada no sabe responder porque no conoce los procesos judiciales españoles ni si la familia de Morate le buscará un abogado para su defensa.

Con la decisión conocida ayer, el caso pasa ahora a la Alta Corte de Casación y Justicia, en Bucarest, que en cuanto reciba el recurso dispondrá de tres días para pronunciarse sobre el dictamen del magistrado Flavius Inoescu, juez de la Corte de Apelación de Timisoara, que el pasado lunes fue quien dio luz verde a la extradición a España de Morate.

Si el recurso no prospera, el sospechoso será trasladado a España en los siguientes 10 días.

Sergio Morate fue detenido el pasado 13 de agosto en Lugoj, una localidad rumana de casi 50.000 habitantes, por una orden europea de arresto dictada por la justicia española.

Justo un día antes se encontraron, en el nacimiento del río Huécar, los cadáveres enterrados en cal viva de las dos jóvenes que llevaban desaparecidas desde el pasado seis de agosto, cuando fueron vistas por última vez. Fue entonces cuando fueron a casa de Morate a recoger los objetos personales que Marina, ex pareja de Morate, había dejado en su casa. Se sospecha que el asesinato de ambas pudo producirse el mismo día de la desaparición de las jóvenes, y que después, Morate habría huido a Rumanía, donde se encontró con su antiguo compañero de celda Istvan Horvath, que también fue detenido al mismo tiempo que Morate y que se encuentra, en este momento, en libertad provisional, mientras es investigado por un posible delito de encubrimiento.

El presunto autor de este doble crimen machista conoció a Horvath en prisión. Morate ya había estado encarcelado con anterioridad por raptar y agredir a una pareja que tuvo en el pasado.