«No quiero peleas con Maduro

Las jefas de la diplomacia chavista y colombiana se reúnen para atajar la guerra en la frontera

El Mundo, SALUD HERNÁNDEZ-MORA BOGOTÁ ESPECIAL PARA EL MUNDO, 27-08-2015

Las imágenes de decenas de colombianos que salvan sus escasos enseres llevándolos al hombro, cruzando por agua el río que separa Cúcuta del estado venezolano de Táchira, siguen alimentando la indignación de la ciudadanía y empujan a los políticos a adoptar posiciones firmes.

Juan Manuel Santos criticó ayer al régimen chavista, algo inusual en él, que se precia de mantener relaciones estrechas con su vecino y suele hacer caso omiso a sus provocaciones. «No peleo peleando sino peleo pensando, y pensando lo único que podemos hacer es comparar el modelo que rige Venezuela y otros países con el de la tercera vía que aplicamos en Colombia, y ver que los resultados hablan por sí solos», declaró ayer en Bogotá, en un Foro organizado por la Fundación Buen Gobierno que creó y que ahora preside su hijo mayor.

Hizo un recuento de los datos positivos de la economía colombiana –crecimiento del PIB, baja inflación, reducción del paro y del número de homicidios– y los confrontó con los desastrosos registros venezolanos, un discurso que sentará muy mal en el Palacio de Miraflores y que tendrá una respuesta agria.

Además, añadió otro mensaje dirigido a sus homólogos de los países del ALBA. «Prefiero un país lleno de críticos con libertad que uno lleno de alabanzas sin libertad», dijo. «La perpetuación en el poder no es sano, y lo que hemos visto en la región es una tendencia en esa dirección».

Otro que saltó al ruedo con una agresividad desconocida fue el ex presidente César Gaviria, gran aliado del Gobierno y una voz que genera respeto en la clase política. En tono mitinero, declaró ante una nube de micrófonos que «Colombia no se va a dejar humillar de la manera que hace Maduro, no se lo vamos a tolerar los colombianos».

También pidió la unidad de oposición y Ejecutivo para asumir una posición común frente a Caracas y sugirió abandonar UNASUR. La razón es que el colombiano Ernesto Samper, actual presidente de dicho organismo, fundado por Hugo Chávez, secunda a Nicolás Maduro sin tener en cuenta las medidas que Gaviria calificó de «fascistas», como marcar las chabolas de los emigrantes con la letra D para que las derriben.

En otro punto del país, en Cartagena de Indias, la ministra de Exteriores del régimen chavista, Delcy Rodríguez, era recibida por un grupo de ciudadanos con gritos de «fuera, fuera». Se dirigía al encuentro con su homóloga María Ángela Holguín, en el que delegaciones de ambos países confiaban en hallar una fórmula para cerrar la crisis.

No será fácil, puesto que los problemas que padece la República Bolivariana, según Santos, «son hechos en Venezuela, no en Colombia ni en otras partes del mundo», en contraposición a lo que señala Maduro.

Si bien la mayoría de los partidos políticos colombianos apoya esa tesis, el senador del socialista Polo Democrático, Iván Cepeda, respalda la acusación de Maduro de que Colombia exporta paramilitares para desestabilizar su administración. «Esos no son hechos de la imaginación febril de uno u otro político, son hechos que nosotros creemos que deben ser tomados muy en serio», manifestó en una sesión del Congreso.

Sin embargo, cada vez toma más fuerza la hipótesis de que los dos suboficiales heridos en el atentado que generó la actual crisis diplomática participaron en una misión para combatir el narcotráfico y el contrabando, y descubrieron que miembros de la Guardia Nacional estaban involucrados en ambos delitos. Serían policías los que habrían atentado contra ellos y no paramilitares.

Por su parte, la oposición venezolana teme que la verdadera intención de Maduro sea ampliar el estado de excepción a otras regiones y tener excusa para aplazar las elecciones legislativas del 6 de diciembre en las que el chavismo saldría derrotado.

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