Denuncias de racismo en Salou

La comunidad senegalesa se enfrenta a la policía tras la muerte de un vendedor ambulante durante un registro en su vivienda

El País, GUILLEM RAMOS-SALVAT, Salou, 12-08-2015

La muerte de Mor, un vendedor ambulante senegalés de 50 años, durante un registro policial en Salou, en la Costa Dorada tarraconense, provocó ayer enfrentamientos a pedradas con la policía, con 24 personas heridas leves entre mossos y manifestantes y 13 detenidos, y que se interrumpiera la circulación de trenes varias horas por culpa de las barricadas.
/ JOSEP LLUÍS SELLART
Los compañeros del senegalés muerto cortaron ayer la línea de ferrocarril entre Cambrils y Tarragona, a su paso por Salou.
El senegalés cayó a las seis de la mañana desde el balcón de un tercer piso al ver a los Mossos d’Esquadra irrumpir en su vivienda al grito de “¡policía!”. Los agentes realizaban tres registros simultáneos en una operación contra la venta ambulante, por orden del juez.
Al momento, la noticia corrió como la pólvora entre la comunidad senegalesa, que se echó a las calles a protestar. Los concentrados repetían a quien quería escucharlos que los mossos habían “matado” a su compañero. La versión oficial asegura que no hubo contacto en ningún momento con la víctima y que cuando Mor vio llegar a los agentes se encaramó a la barandilla del balcón, trató de agarrarse a un toldo y cayó al vacío. Hasta la noche, los incidentes continuaron de forma intermitente en la localidad turística. Los comercios del centro de Salou estuvieron con la persiana bajada durante horas. La muerte de Mor, un mantero senegalés de 50 años, degeneró ayer en altercados en Salou (Tarragona). Unas 200 personas se reunieron en la zona en la que su compatriota cayó desde un balcón de un tercer piso al ver cómo los mossos irrumpían de madrugada en la vivienda al grito de “¡policía!”, según la versión oficial. Los agentes estaban llevando a cabo tres registros simultáneos en una operación contra la venta ambulante por orden del juez. El incidente acabó a pedradas con la policía, 24 personas heridas de levedad entre mossos y manifestantes y la circulación de trenes interrumpida a causa de las barricadas. La muerte de Mor ocurrió a las seis de la mañana y en pocos minutos corrió la voz. En menos de una hora, la plaza de Sant Jordi de Salou (Tarragona) se llenó de compatriotas esperando saber qué había pasado. La versión oficial asegura que no hubo contacto en ningún momento entre la policía y la víctima. Que cuando Mor —uno de los vendedores ilegales que quería detener la policía— vio llegar a los agentes, se encaramó a la barandilla del balcón, se trató de agarrar a un toldo, y cayó al vacío, según explicó un portavoz de los Mossos d’Esquadra. Los registros se hicieron en presencia de una secretaria judicial, aunque el portavoz de la policía catalana no pudo precisar si en el momento en el que la víctima cayó por el balcón estaba ya dentro de la vivienda. Los concentrados repetían a todo aquel que quería escucharlo que los mossos habían “matado” a su compañero.
Los nervios poco a poco se fueron crispando y los amigos de Mor impedían que se llevaran el cadáver a pesar de los intentos de la policía catalana de negociar con algunos de los erigidos como portavoces. Cuando los mossos decidieron sacar la furgoneta con la víctima se iniciaron los incidentes, que se extendieron, de forma intermitente, hasta pasadas las ocho de la tarde. Varios grupos de senegaleses lanzaron sillas y piedras contra las furgonetas policiales. También se destrozaron vehículos policiales y particulares.
Los peores momentos se vivieron en las vías del tren, que va de Cambrils a Tarragona, a su paso por el centro de Salou. Los concentrados arrojaron contenedores en las vías y lanzaron piedras. La actuación de los agentes antidisturbios de la policía catalana no sirvió para retirar a la gente y la circulación permaneció cortada desde las 11.50 durante más de cinco horas. Los compatriotas de la víctima exigían que dejasen en libertad a los 13 detenidos en la operación policial. Las negociaciones se alargaron hasta última hora de la tarde. Finalmente, todos los detenidos fueron puestos en libertad con cargos tras declarar en comisaría.
El centro de Salou se detuvo durante horas. Los comercios tenían las persianas bajadas y los turistas no entendían qué pasaba. Las furgonetas antidisturbios pasaban a gran velocidad por las calles y los senegaleses corrían. Entre carga y carga de los mossos algunos de los compatriotas de Mor explicaban que aunque había sido detenido en otras ocasiones, nunca había generado problemas graves y hacía más de siete años que vivía en Salou. Deja dos viudas y dos hijos, explicaron también otras personas entre lamentos. Una vecina de la víctima aseguró que llevaba años viviendo en ese piso y que nunca había dado problemas.
“Nos han matado a uno de los nuestros y ahora os vamos a matar a uno de vosotros”, gritaba uno de ellos directo a la policía. “Solo nos persiguen a nosotros, que solo vendemos, a los rumanos que roban no les dicen nada”, repetían. Nadie se erigió como portavoz del colectivo, todo el mundo quería hablar y explicar a la prensa su impotencia contra la policía. Pero a ratos su ira contra las furgonetas alentaba las actuaciones policiales.
Puñetazos al diplomático
A última hora de la tarde, un miembro del consulado de Senegal llegó a Salou y trató de acercarse al lugar en el que murió Mor después de precipitarse al vacío. Pero la visita solo sirvió para caldear los ánimos. Cuando el hombre se encontraba a 15 metros del lugar, uno de los concentrados le propinó un puñetazo y diversas patadas. Los mossos volvieron a intervenir y se repitieron las carreras por la ciudad.

La policía catalana lamentó la muerte del senegalés e hizo diversos llamamientos a la calma. Ahora es el mismo cuerpo policial el que investiga lo sucedido. A última hora de ayer, seguían las protestas en las calles, y los agentes estaban preparados para cargar en cualquier momento.

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