Un infierno en la bodega del ‘superferry

El crucero de los desesperados

68 inmigrantes llegan a Reino Unido ocultos en contenedores de «maquinaria hecha en Polonia»

El Mundo, CARLOS FRESNEDA HARWICH (R. UNIDO) ENVIADO ESPECIAL, 06-06-2015

Los contenedores de «maquinaria polaca»
escondían a 68 emigrantes al Reino Unido
Los más de mil pasajeros del Stena
Hollandica viajaban plácidamente en
sus camarotes, jugaban al blackjack
o a la ruleta sin percatarse del drama
que se estaba cociendo en la bodega
del ferry.Repartidos en cuatro contenedores,
camuflados en la carga de otros tantos
camiones, 68 inmigrantes de origen
asiático (entre ellos 15 niños y
dos mujeres embarazadas) hacían
la travesía de siete horas completamente
a oscuras, sin poder casi moverse,
respirando a duras penas bajo
un calor sofocante y con la comida
y el agua a punto de agotarse. Se
salvaron de milagro. Llevaban probablemente
más de 24 horas en su
encierro metálico. Tocaron las islas
británicas en Harwich, procedentes
de Hoek van Holland, y llegaron
con las fuerzas justas, suplicando el
fin del calvario. Cuando los inspectores
del puerto les apuntaron con
las linternas en la noche cerrada,
supieron que todo el sufrimiento
había sido en balde.
A siete de ellos se los llevaron en
ambulancias al Hospital General de
Colchester. Las dos mujeres embarazadas
se quejaban de dolores abdominales
y en el pecho. Los niños estaban
al borde del desmayo. En pocas
horas, fueron despachados como
si nada y se unieron al resto de los 68
indocumentados, contando las horas
para ser deportados, posiblemente
en el mismo barco en el que vinieron
(o en su hermano gemelo, el Stena
Britannica, también con casino y cine
para amenizar la travesía). El Ministerio
del Interior de Reino Unido
confirmaba entre tanto la detención
de los cuatro camioneros polacos
que les transportaban, acusados de
«complicidad con inmigración ilegal
». Los cargos pueden ser aún mayores
si se confirma su pertenencia a
una supuesta red de tráfico humano,
con ramificaciones en países asiáticos
y de Europa del este.
De los inmigrantes arrestados
ayer, 35 son de origen afgano, 22 son
chinos y 10, vietnamitas (la lista de
68 la completa un ciudadano de nacionalidad
rusa). Las autoridades británicas
no han revelado cuánto tiempo
estuvieron los inmigrantes encerrados
en los contenedores. El
diputado conservador Bernard Jenkin
confesó sin embargo que la policía
sospecha que los contenedores
pudieron haber sido sellados incluso
días antes de su embarque en el
puerto holandés. El 94% de los contenedores
no pasa la inspección, según
datos de Jenkin.
«Algunos de ellos fueron descubiertos
en la primera inspección, pero
otros estaban totalmente camuflados
en el cargamento y fueron hallados
usando un escáner», aseguró
Jenkin. «Este episodio confirma el
aumento de la gente que está intentando
entrar en este país recurriendo
a los métodos más desesperados
», añadió el diputado. «Está claro
que nuestros agentes de aduanas requieren
toda la inversión necesaria».
Leigh Dane, de la organización
Médicos del Mundo, instó sin embargo
a las autoridades británicas a dar
una muestra de humanidad ante la
tragedia que pudo haberse consumado:
«Nuestro sistema de inmigración
está roto y necesita una
profunda revisión».
El incidente se produce
pocos meses después de
la muerte de un ciudadano
afgano que viajaba hacinado
con otras 34 personas
en el contenedor de
un barco que atracó en
Tilbury Docks. Los inmigrantes
fueron rescatados
entre gritos de auxilio y a
falta de minutos para
quedarse sin aire dentro
del contenedor.
«El patrón fue muy parecido
al de este último incidente
», aseguró Mathew
Broad, portavoz del servicio
de ambulancias del
condado de Essex. «Aquí
estamos empezando a habituarnos
ya a este tipo de
sucesos. Lo que más nos
preocupa es poder encontrarles
a tiempo».
También el año pasado,
en febrero, dos jóvenes albaneses
(Artur Doda y
Leonard Isufa) murieron
en aguas del Mar del Norte
al saltar por la borda del
mismo ferry, el Stena Hollandica,
que los llevaba
de vuelta a Holanda tras
haber sido interceptados
con otros 13 inmigrantes
irregulares camuflados en
contenedores.
Pese a las grandes medidas
de seguridad que rodean
al puerto de Harwich,
una de las principales
vías de entrada de
mercancías en el Reino
Unido (a hora y media escasa del noreste
de Londres), los expertos aseguran
que se ha convertido en los
dos últimos años en un auténtico
«carrusel de inmigrantes», elegido a
conciencia por las redes de «tráfico
humano» por el alto volumen de
mercancías que entra a diario.
Los grandes cruceros, como el Royal
Princess, suelen tocar el puerto
en verano, pero la principal actividad
son los barcos de carga y los superferries
Stena Hollandica y Stena Britannica,
de 240 metros de eslora,
que cubren a diario el trayecto entre
el puerto británico y el puerto holandés.
Las autoridades británicas decretaron
un «cerrojazo informativo».

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