MIRADOR

¿Está vivo Donald Trump?

AVISO: Este artículo contiene 'spoilers' sobre la 5ª temporada de 'Juego de tronos'. Al empresario le pasa igual que a Jon Nieve, las dudas sobre su muerte alimentan el mito.

El País, Manuel Jabois, 25-07-2015

El culebrón del verano es saber qué hace Jon Nieve para adivinar si sigue vivo en Juego de Tronos. Dependiendo de lo que haga en su vida personal vivirá o no en su vida de ficción. Es posible que cuando pida carne en el plato tenga que meterse a comerla en el baño y contar a la salida que estaba tomando drogas. Cuando Kit Harington fue visto con el peinado de su personaje se informó: “El corte de Jon Nieve siembra dudas entre los fans de Juego de Tronos”. Al aparecer en Belfast, lugar de trabajo de la sexta temporada, la prensa dijo: “La presencia de Jon Nieve en el rodaje de Juego de Tronos alimenta rumores sobre su resurrección”. La angustia acabará con un titular de época: “El matrimonio de Jon Nieve en la octava temporada da esperanza a los fans de Juego de Tronos, que elucubran si sigue en la serie desde la quinta”.

Juan Forn cuenta en Página 12 la historia maldita de Gerárd de Nerval. Mientras Nerval vivía lo mataron tres veces, y las tres veces se negaron los diarios a desdecirse, queriendo convencer a Nerval de que estaba muerto. Con Nieve pasa lo contrario: cualquier conducta suya lleva a la supervivencia. Incluso la confesión del director de la serie a Obama se ha interpretado en sentido misterioso: “Está más muerto que la muerte”, dijo. Muchas dudas. Lo cierto es que no le cabía en el pecho una puñalada más, pero matar en una serie de ficción tiene contratiempos. Obama había preguntado por el destino de Jon Nieve porque sabe lo que se siente. Después del asalto a la casa de Bin Laden se convirtió en el primer negro de la historia en tratar de convencer al resto del mundo de que había matado a un hombre.

Hay otro personaje del que no se sabe qué ocurre con él: Donald Trump. Hace poco lo mataron en una web hecha para la ocasión que tuvo un millón de likes. Le llamaban “nuestro amado empresario” y decían que lo echarían de menos: la resurrección era evidente. Desde entonces el empresario se ha empeñado en alimentar el misterio con pistas de cadáver, como si al otro lado supiesen su secreto, que no tiene que ver con la biología sino con el fracaso de sus negocios en México. El jueves anunció la construcción de un muro gigante para aislar Estados Unidos de los salvajes y los Caminantes Latinos, criminales sin excepción, violadores y asesinos. Días antes Trump se levantó el pelo y tiró de él para demostrar que era verdadero. No ha cambiado de peinado, está en ruta electoral y le busca el Chapo. Todo lo que necesitan los demócratas es demostrar que aún está vivo. Trump, que vive mejor de muerto, no se lo está poniendo fácil.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)